El Súper Clásico de España no solamente midió fuerzas entre las dos plantillas más ricas del fútbol europeo, sino también entre dos entrenadores emergentes como Luis Enrique y Zinedine Zidane que están desarrollando sus propias estrategias a partir de las de sus predecesores.
Análisis: en duelo de 4-3-3, el del Barcelona venció al del Real Madrid
Messi comió la espalda de Casemiro para el 1-1 y James la de Busquets para el 2-2; pero el 3-2 fue ocasionado porque Zidane se quedó sin contención.
Carlo Ancelotti fue quien adoptó el 4-3-3 que sirve para acomodar a la ‘BBC’ en posiciones de ataque justo como el 4-3-3 del Barça acomoda a la ‘MSN’ en la misma zona del campo. Así como Busquets cubre las espaldas de Iván Rakitic y de Andrés Iniesta, Casemiro cubre las de Toni Kroos y Luka Modric.
En un escenario así la pregunta es: ¿Y quién cubre las espaldas de Busquets por un bando y las de Casemiro por el otro?
En fase de ataque, la estrategia de la BBC y de la MSN es la misma: intercambiar posiciones de afuera hacia dentro aprovechando las ‘pasadas’ (‘overlappings’) de los defensores laterales de cada escuadra (Jordi Alba, Sergi Roberto, Dani Carvajal y Marcelo).
Estos movimientos en diagonal interior necesariamente buscan el espacio disponible a la espalda de Busquets o de Casemiro. El primer gol de Messi (el 1-1) pilló a Casemiro fuera de combate y para el argentino deshacerse de Carvajal para batir a Navas fue cosa de un movimiento simple de caderas.
Del mismo modo, el 2-2 de James Rodríguez exhibió la falta de velocidad de Busquets cuando el colombiano apareció sorpresivamente para cachetear la asistencia diagonal de Marcelo.
Sin embargo, el partido se quebró tácticamente cuando Zidane sustituyó a Casemiro por Mateo Kovacic. Sea por miedo a quedarse con diez hombres o por intentar dominar la posesión con un mediocampista más dotado técnicamente, el Real Madrid se quedó sin barrera de contención entre Messi y la defensa central.
La imprudente entrada de Sergio Ramos fue consecuencia de lo anterior: el zaguero andaluz subió hasta la media cancha intentando detener un contragolpe a cualquier costa (ver fotogalería arriba). Paradójicamente, en el 3-2 de Messi de último minuto lo que se recriminó a Modric y a Marcelo fue el no haber ‘bajado’ a Sergi Roberto con falta.
Conclusión: en una lucha táctica entre sistemas 4-3-3, el empate a dos resultó de una paridad de fuerzas entre ambas escuadras. No obstante, el partido se rompió cuando Zidane se quedó sin mediocampista de contención, lo cual causó la roja al cuatro del Madrid y el gol de último minuto del 10 del Barça.