En el minuto 87, a trompicones en los dos primeros lances, con un delicioso amago dentro del área después, Ángel Correa surgió de repente para zanjar casi definitivamente el objetivo de la Liga de Campeones del Atlético de Madrid, seis puntos por delante de la Real Sociedad, nueve ya por delante del Betis, al que doblegó y frustró a última hora con una jugada de fe, talento e insistencia del imprevisible atacante argentino.
Atlético gana sobre la hora a un Real Betis sin Guardado y acaricia próxima Champions League
Los verdiblancos, sin el mexicano, pierden oportunidad importante para meter amenaza importante en LaLiga.
Su tiro final con la derecha logró lo que tanto había intentado antes y no había conseguido el conjunto rojiblanco. Él batió a Rui Silva, ágil para repeler las oportunidades precedentes de Yannick Carrasco o Marcos Llorente, muchos minutos antes. Y, además, cuando el encuentro más dudas ofrecía al Atlético, con alguna ocasión y el paso adelante del Betis, superado por Correa, oportuno. Siempre está ahí. Siempre resurge. Otro gol, tres puntos.
Ya son once los encuentros sin perder del equipo madrileño, que rebajó la luz con la que deslumbró al Sevilla y al Valencia en sus dos últimos compromisos en casa, pero que consolidó aun más su tercer puesto. También fue el fin de la racha de seis jornadas invicto del conjunto de Manuel Pellegrini, a los mismos tres puntos de la cuarta plaza, acechado ya por detrás por el Villarreal, en la competencia por Europa y la Liga de Campeones. Quedan 11 duelos.
La enésima reivindicación de Correa contrasta con la intrascendencia de Lemar. En la enésima apuesta de Simeone por él, por una titularidad recurrente y fallida, visto el recorrido de un futbolista del que, cinco años después, aún se aguarda el nivel por el que lo fichó del Mónaco, el centrocampista francés incurrió en una reincidencia que lo pone cada vez más en duda en el conjunto rojiblanco. A la hora del encuentro lo reemplazó Correa.
No está Lemar para el once en este Atlético, con los matices de un partido de una exigencia mucho más evidente de sus dos últimas comparecencias en el Metropolitano, apoteósica en el resultado ante el Sevilla (6-1) y estupenda en el juego ante el Valencia (3-0). Este domingo fue distinto. Era un partido de más reflexión, más precisión, más detalle, más complejo.
Para él y para el Betis, un aspirante a la Liga de Campeones, igual que lo es el Atlético, al que aplacó en el primer tiempo, reducido a las trepidantes carrera de Marcos Llorente por la banda derecha y al ingenio de Griezmann, que lo dirige todo. Por un sector, por otro, con balón, sin balón. Siempre hay una solución cuando su cabello rosa se ofrece en la multitud.
'El Principito' acaparó las ocasiones del Atlético en el primer acto. Al minuto y medio, con un cabezazo. Después, con otro remate. Más tarde, con un tiro desde fuera del área. Siempre en actividad. Siempre una opción. La lista de prometedoras apariciones ofensivas la completó el penalti que reclamó Morata. Lo aparentó. No lo pitó Martínez Munuera. El equipo rojiblanco espera aún su primera pena máxima de esta Liga. Ya van 27 jornadas.
En cuanto se ajustó en su defensa, en sus vigilancias, poco después del cuarto de hora, el Betis redujo sus apuros y al Atlético. También sobresaltó al equipo rojiblanco en el otro área en los primeros instantes. Le faltó convicción a Ayoze, cuando se vio tan solo ante Jan Oblak. Y compañía a Borja Iglesias, cuando protegía la pelota con el guardameta esloveno a su espalda. Las dos acciones las originaron los errores de Savic, irregular todo el choque.
Por la calma tensa del partido, sin certezas para nadie, asomó Giménez con un testarazo al larguero en el comienzo de la segunda parte para reanimar el duelo, insustancial en las áreas desde mucho tiempo antes, desde la secuencia inicial de oportunidades que anunció un encuentro bullicioso que transitó hacia la nada hasta el descenso, conforme con la igualada el Betis y sin la clarividencia ofensiva de otras noches del Atlético.
El cabezazo del central uruguayo fue un impulso. El remate con la derecha de Yannick Carrasco, con todo a favor, superada la hora de partido, ya fue la nueva declaración de intenciones del Atlético, como también los cambios. Dentro De Paul y Correa, fuera Lemar y Molina. Llorente, al carril derecho. Después, con una ocasión que le negó Rui Silva.
También entró en el Betis Joaquín, castigado con una sonora pitada por sus críticas a Luis Aragonés, leyenda formidable de la historia rojiblanca. No se amilanó el bloque visitante, respondón de inmediato, por medio de Ayoze, que cruzó demasiado su intento ante Oblak. Y de Joaquín, con un derechazo fuera.
El partido estaba abierto. Juanmi, también en el campo para los 20 minutos finales, dispuso de otra. Al Atlético le anularon un gol. Y apareció Correa, como tantas otra vez, para dejar casi resuelta la Liga de Campeones. La segunda posición del Real Madrid sigue a cinco puntos.