Kameni fue durante varios años de su carrera un terrible portero: el Osasuna de Javier ‘Vasco’ Aguirre que peleaba por mantener la categoría mucho le debe por un garrafal error jugando para el Espanyol. Pecó de exceso de confianza al momento de descolgar un centro cualquiera y se metió con todo y balón a su portería, dándole los tres puntos a la entonces escuadra del entrenador mexicano.
¿Fueron injustos los 'Memo Ochoa-believers' con el pobre de Kameni?
El guardameta camerunés del Málaga no soltó la titularidad en la escuadra malacitana y forzó la partida del arquero mexicano al Granada.
Aunque son escasos los guardametas africanos que logran hacer carrera en Europa (se les tacha de espectaculares, pero inseguros), Carlos Idris Kameni llegó a España hace más de 15 años para nunca salir de ahí. Vistiendo pants en lugar de shorts, comió banca varias temporadas con el otro equipo de Barcelona hasta que repentinamente recaló en el Málaga y aguardó sentado otra temporada a la salida de Willy Caballero.
Increíblemente, Kameni jamás ha jugado un partido de mundial y probablemente ya jamás lo jugará. Diversos seleccionadores de Camerún no depositaron su confianza en él; mejor así, pues los ‘Leones Indomables’ han sido los ‘Leones Desastrosos’ casi cada cuatro años. El segundo aire del guardián de ébano llegaría en España y no con el equipo de su país.
Entonces arribó Ochoa, salvador de México e ídolo de multitudes del otro lado del charco, y para Kameni el peligro no venía pues de los atacantes rivales sino de los atacantes en las conferencias de prensa, en las redes sociales y detrás de los micrófonos:
"No existe relación alguna entre nosotros, es inexistente. Hubo diálogos profesionales a su llegada. Después del segundo partido ya no me habló, me dijo: 'Hola. ¿Qué tengo que hacer?’ Pero sigo trabajando y la vida no se detiene allí. Me llevo muy bien con todos los demás compañeros de equipo, con el personal. Así que no me fijo en ello y hago lo que tengo que hacer", dijo el camerunés sobre la actitud de un Ochoa que teóricamente debía ser el titular y no lo lograba (ni lo lograría).
A pesar de estar en boca de todos por su milagrosa actuación en el Camp Nou, es su técnica, y no sus reflejos (que siempre tuvo), la que ha evolucionado con el paso del tiempo mientras se decidía a cambiar los pants por los pantalones cortos y unos botines negros, como los usaban los antiguos. Su silueta acaso es la opuesta a la del Memo Ochoa: los brazos más cortos, las piernas también, los bíceps más empaquetados y el cabello casi a rape, prácticamente seguidor de un estilo pasado de moda como el del ‘Príncipe del Rap’.
Kameni respira tranquilo sin la amenaza de los Ochoa-believers cuestionando un día sí y otro también su titularidad. Así, el veterano camerunés tiene un solo pensamiento en la cabeza: “que la pelota no entre, y nada más”.