Es el dilema entre la calidad individual contra la organización colectiva. Lionel Messi contra la escuadra de Jorge Sampaoli. El rey de la temporada anterior contra el caballo negro de la temporada actual: Barcelona contra Sevilla, cuyo estadio tiene una leyenda que “dice que nunca se rinde”.
Messi rompe la pizarra de Sampaoli y el Barça acecha al Madrid
El Sevilla del dt argentino jugó sensacionalmente a costa de dejar libre a la Pulga, quien se salió con la suya en el Sánchez-Pizjuán.
Con las piernas listas y las ideas claras, los andaluces pasaron el primer tiempo exhibiendo los desajustes del Barcelona: Vitolo se ensañó con un Sergi Roberto tan desesperado corriendo hacia la meta de Ter Stegen como desprovisto de ayuda de los de arriba. Así llegó el 1-0. El francés Samir Nasrí filtró una pelota terrestre hacia Vitolo que Roberto no despejó y que aquél definió elegantemente con el exterior de su botín de cuero.
Sampaoli apostó a que los suyos maniatarían a los catalanes si empujaba bien adelante a sus defensas laterales, cubriendo a la MSN con marcas al hombre (Rami a Neymar, N’Zonzi a Messi y Carrico a Suárez). Una apuesta arriesgada que sin embargo generó ocasiones suficientes para incrementar la ventaja en el marcador.
El riesgo se convirtió en el 1-1 del Barcelona cuando se juntaron esos genios llamados Neymar y Messi. El brasileño resistió sus marcajes conduciéndola ceñida al pie e hizo una pausa mental para recordar que al argentino hay que dársela a la zurda. Así pasó, y el diez barcelonista la emboquilló con disparo sutil en la base de uno de los palos de Sergio Rico.
Ya en el segundo tiempo, el Sevilla afrontó las cosas con la misma valentía característica de las escuadras de Sampaoli. Luciano Vietto le pintó la cara a Javier Mascherano con un taconazo inesperado que dejó solitario a Nasrí frente a Ter Stegen. Pero Nasrí no tiene el mismo brillo de las estrellas blaugranas y le regaló su remate al cancerbero alemán.
Entonces, Messi espabiló e hizo colapsar las marcas personales del Sevilla. Se quitó a uno y después a otro. Y cuando ya venía alguien más a derribarlo asistió a Suárez para que el charrúa la pasara por entre las piernas de Rico. 2-1 y final.
Gracias a la victoria, la escuadra de Luis Enrique se alza como única escolta del líder Real Madrid. La Liga vuelve a las épocas en las cuales la cima era cosa de dos mientras nos acercamos al tres de diciembre.