“Tío, ha sido un penal tan grande como una casa y seguramente no ha querido pitarlo por no perjudicar al _____________” (llene el espacio en blanco con el nombre del Real Madrid o del FC Barcelona, según la ocasión). En España, las aficiones de los otros 18 equipos a menudo se quejan de la existencia del “Villarato”.
¿Qué significa cuando hay “Villarato” en España favorable al Barça y al Madrid?
El gol incorrectamente anulado a Antoine Griezmann en el Camp Nou enfureció a los aficionados del Atlético.
¿Pero qué es el “Villarato”?
Cuando Gerard Piqué se indignó ante un penal no concedido al Barça en Villarreal por mano flagrante de Bruno Soriano en el área, corrió a la banda y comenzó a gritar y a señalar hacia alguien en un palco de El Madrigal. “¡Lo has visto, tío! ¡Que si lo has visto, te digo! ¡Hostia! ¡Hostia!”
El zaguero catalán apuntaba hacia el presidente de La Liga de España, Javier Tebas. Sin embargo, el órgano encargado de designar a los árbitros, o a los “colegiados”, como les dicen allá, es la Real Federación Española de Fútbol, cuyo presidente se llama Ángel María Villar. Él lleva ya casi 30 años ostentando dicho cargo.
El “Villarato” se refiere a un presunto acuerdo no escrito según el cual los colegiados favorecen a los dos clubes más grandes y ganadores de La Liga a expensas de los otros 18. A diferencia de la Premier League, donde los clubes se reparten proporcionalmente las ganancias (y los títulos), en España tanto merengues como blaugranas se llevan casi todo el pastel y esto despierta sospechas.
Además, se sabe que hay jugadores de uno y otro club que son “intocables” para el arbitraje español. Cuando el delantero del Athletic Aritz Aduriz perdió la cabeza recientemente contra jugadores del Barça en la Copa del Rey esto fue interpretado como la revancha del vasco contra Sergio Busquets, quien así como es un maestro del medio campo es también un maestro del juego sucio a espaldas de los referís.
Por supuesto no hay evidencia que permita aseverar la existencia del “Villarato”. De lo que sí hay evidencia es del bajo nivel del arbitraje español: así como los españoles pueden quejarse del inglés Howard Webb por la roja que no le mostró al holandés Nigel De Jong en Sudáfrica 2010, asimismo los brasileños pueden quejarse del ibérico Velasco Carballo, quien se hizo de la vista gorda cuando le fracturaron las costillas a Neymar en Brasil 2014.
Una liga tan dispareja donde dos son los que se reparten títulos y ganancias es un escenario lógico para la sospecha y para los malpensados. Desde 1988 hay quien cree en la existencia del “Villarato”; y seguramente se seguirá creyendo en él al interior de las otras 18 aficiones.