El mejor Karim Benzema, respondiendo con regularidad a la cita con el gol y acercándose a sus mejores números de blanco, premió con un triplete la mejoría de imagen del Real Madrid, que tomó en serio la visita de un Athletic Club (3-0) que ampliará a quince los años sin vencer en el Santiago Bernabéu.
¡Señor Karim! ‘Hat-trick’ de Benzema afianza al Real Madrid en el tercer lugar de La Liga
El Athletic de Bilbao hizo una gran primera parte, pero los errores del arquero Herrerín y los aciertos del ‘9’ merengue le dieron rumbo al partido.
Autor de los ocho últimos goles ligueros del Real Madrid, en una marca inédita hasta la fecha, Benzema demuestra cada partido que es el único futbolista de peso de la plantilla que ha cumplido un año para el olvido. En racha goleadora. Marcando cinco partidos seguidos por segunda vez desde que llegó. Auténtico referente del equipo.
Sin agobios para el Athletic, le costó interpretar la parte ofensiva de su plan. No conectó nunca con Iñaki Williams, secado en un gran marcaje de Jesús Vallejo, la gran novedad del once de Zidane y que sorprendió con el nivel que mostró en una titularidad en Liga casi un año después.
Como suele ocurrir en las últimas citas del Bernabéu, las dos partes fueron radicalmente distintas. Si la primera dejó un solo remate a puerta, en un testarazo blando de Raúl García, la segunda desató una buena imagen del Real Madrid con continuas llegadas. Su mejoría de local con Zidane, lo ha ganado todo en su estadio, se extendió nada más reanudarse el partido.
Al enésimo intento de Asensio desde la izquierda encontró el premio. Yerai no llegó e Íñigo no fue a cubrir su espalda. En medio apareció el mejor cabeceador de la Liga, Benzema, para no perdonar. El tanto llegaba segundos después de una acción salvadora de Vallejo ante Williams cuando, en carrera, se disponía a rematar dentro del área madridista.
Nunca se levantó del golpe el Athletic. Le faltó fútbol y sobre todo fe para hacerlo. El Real Madrid ganó confianza con su gol y comenzó a disfrutar al ritmo de Modric. El único momento de duda madridista, cuando el Athletic adelantó metros buscando un punto, coincidió con la salida al campo de Isco y un Bale sentenciado. El galés fue silbado por su afición con cada balón que tocó. Empujado por la presión ambiental hasta a fallar un mano a mano con todo para marcar.
Ya estaba Benzema para evitar cualquier reacción. Otro error en el marcaje de Íñigo lo castigaba con un nuevo cabezazo a la red tras saque de esquina y la sentencia al duelo. Una mala salida de Herrerín dejó el balón a Bale que regaló el tanto a Karim para poner el broche a un partido en el que dejó su nombre para la historia del Real Madrid.