JARTUM, Sudán.- En Sudán, donde una selección nacional de fútbol femenino es todavía un sueño, Salma al Majidi sabía que la única manera de tomar parte en su deporte preferido era entrenar... a un equipo masculino.
La primera entrenadora en un país árabe marca la historia en el fútbol
Salma al Majidi es la primera entrenadora de fútbol de un equipo masculino en África y en el mundo árabe,donde lucha contra los prejuicios de un país conservador.
A sus 27 años, Salma es una pionera en este deporte, donde se le presenta como la primera entrenadora de fútbol de un equipo masculino en África y en el mundo árabe.
" ¿Por qué el fútbol? Porque es mi primer y último amor", dice Salma al Majidi, vestida con ropa deportiva y un velo negro, mientras dirige el entrenamiento del Al Ahly Al Gadaref en la región de Gadaref, al este de Jartum.
"Me hice entrenadora porque todavía no hay espacio para el fútbol femenino en Sudán", explica la joven mujer, apodada de manera afectuosa "hermana entrenadora" por su equipo.
Hija de un policía jubilado, tenía 16 años cuando quedó totalmente enamorada del fútbol mientras veía cómo el entrenador del equipo escolar de su hermano pequeño dirigía a los niños.
Majidi siguió atentamente sus consignas, sus gestos y hasta la manera en la que colocaba los conos en el césped durante las sesiones de práctica.
"Al final de cada sesión de entrenamiento hablaba con él de las técnicas utilizabas para enseñar a los muchachos", cuenta Majidi a la AFP.
"Vio que tenía un don para el entrenamiento y me dio la oportunidad de trabajar con él", se enorgullece. Poco después, Salma al Majidi pudo entrenar a dos equipos juveniles (Sub-13 y Sub-16) del Al Hilil, un club de Omdurman.
Aunque el fútbol femenino no está prohibido legalmente en Sudán, ha quedado en la sombra y en un lugar marginal debido al conservadurismo social y a las tendencias islamistas del gobierno.
"Hay restricciones para el fútbol fmenino, pero estoy decidida a triunfar", asegura Majidi, que sueña con poder entrenar a un club de fuera de su país, mientras la práctica de sus pupilos levanta una polvareda a su lado.
" Sudán es una agrupación de tribus y algunas de ellas creen que una mujer debe estar confinada en casa", explica esta diplomada en contabilidad y gestión. "Había un muchacho que rechazaba escuchar. Me había dicho que pertenecía a una tribu que creía que los hombres nunca deben aceptar órdenes de las mujeres", cuenta.
Costó unos meses antes de que ese joven la aceptara como su entrenadora.
Al principio, " la gente en la calle nos llamaba los Hijos de Salma", recuerda Majid Ahmed, un atacante del equipo y fan acérrimo del astro argentino Lionel Messi. "En la escuela tenemos mujeres profesoras, ¿cuál es el problema en tener una mujer entrenadora?"
Criada en una familia tradicional, fue difícil para Salma que sus deseos fueran aceptados por su familia, admite su padre, Mohamed al Majidi. Un tío que la criticaba mucho por esa labor de entrenadora cambió de opinión cuando vi que la grada coreaba su nombre "¡Salma, Salma!".
"Esos miembros de la familia ahora rezan a Alá para que le ayuden", dice.