Fernando Torres Sanz (Fuenlabrada, Madrid, 20 de marzo de 1984) debutó con el Atlético de Madrid el 27 de mayo de 2001. El futbolista tenía entonces 17 años y el Atlético de Madrid jugaba en Segunda División. Corría la jornada número 39 y sólo faltaban 4 partidos para terminar el campeonato. En La LIGA subían los tres primeros y el Atleti iba cuarto. Todo era un drama para la entidad, cuya pérdida económica por continuar en Segunda una temporada más tenía consecuencias impredecibles. Fernando Torres jugaba en las categorías inferiores del club y destacó desde joven por su increíble capacidad goleadora. Venía de ganar el Europeo sub 16 con España en dónde fue protagonista anotando un tanto en la final a pase de un tal Andrés Iniesta.
La verdadera historia de 'El Niño' Torres
El futbolista anunció su marcha del Atlético de Madrid al final de temporada para continuar su carrera en otro club que podría ser de la Liga MX
El club necesitaba estímulos del algún tipo. La afición necesitaba pensar que había algún futuro en el caso de permanecer en la división de plata del fútbol español por un periodo de tiempo indeterminado. Torres se convirtió en ese estímulo, en ese sueño, en esa promesa futura en la que apalancar el cambio de una situación desesperada. Madrileño, de la casa, luchador, profesional, sufridor, humilde… encarnaba todos los valores del club. Era, como se decía en el Calderón antaño: ´Uno de los nuestros´.
Torres saltó al terreno de juego en uno de esos días de verano adelantado que suelen suceder por mayo en Madrid. Le hizo debutar Carlos García Cantarero, quien venía de remplazar a Marcos Alonso. El Atleti jugaba contra el Leganés en su estadio y no podía perder ningún partido más si quería mantener opciones para ascender. Más de 56,000 personas aclamaban a Torres. Estaban desesperados y se aferraron al símbolo de la emergente estrella para edulcorar una situación trágica. Fernando jugó 20 minutos y no desentonó. Algo que en la Segunda División no es poco, debido a la dureza del juego que implica esa competición. Le cosieron a faltas a modo de bienvenida. Y casi marca… Pero no fue hasta la jornada siguiente en la que pudo anotar su primer gol, contra el Albacete, de cabeza y dándole opciones al primer equipo del Atlético de Madrid. Torres había llegado al primer equipo.
Fiel al estilo del club, el Atlético no consiguió ascender de categoría. En la última jornada, de manera dramática pero la realidad es que en la temporada 2001-2002 el Atleti militaría en Segunda División otra vez. Muy al estilo del Cruz Azul, para que se entienda.
Luis Aragonés como mentor y el apodo oficial de ´El niño´
Cara a la planificación de la siguiente temporada, Torres aún estaba verde para construir un proyecto deportivo alrededor de él. Así que el aliciente tenía que ser otro. Fue Luis Aragonés, hombre de la casa, atlético de corazón quien renunció a muchos millones de euros por regresar al Atleti, en Segunda, cuando venía de triunfar con el Valencia y el Mallorca en Primera División. Le dio igual: ´El único que puede sacar al Atleti del foso soy yo, así que he de ir, no es sólo cuestión de dinero´, dijo Luis ese verano. En el Club, tenían miedo de que Luis no quisiera llevar a Torres con el primer equipo a la concentración de verano. Hay que tener en cuenta que Torres solo había jugado 3 partidos con el Atlético, en Segunda y todavía era un juvenil. Además, Luis trajo a Diego Alonso para formar dupla de ataque con el también uruguayo el ´Petete´ Correa.
Aragonés conformó un equipo de gladiadores, curtidos en mil batallas, que no tuvieran miedo a la dureza de la competición y capaces de meter el pie más fuerte que los rivales aunque fuera en campos medio de arena. El primer gran fichaje fue el ´Mono´Burgos, actualmente segundo entrenador del club. Le siguieron Movilla, Armando, Otero, Carreras, Hibic, García Calvo, Stankovic, Colsa, Nagore… y Fernando Torres, quien finalmente fue a la concentración veraniega para ser inscrito en el primer equipo. Fue en esos primeros entrenamientos en dónde le pusieron el apodo de ´El Niño´ Torres. Fue algo espontáneo. En los primeros partidillos eso le gritaban sus compañeros para que pasara el balón. Comenzó a ser el grito más escuchado, porque Torres, ya convertido en ´El Niño Torres´, manejaba el balón con descaro, como uno más en medio de esos mercenarios del fútbol capaces de pegarse con quién fuera en dónde fuera.´¡Niño, niño, niño…!´, se escuchaba todo el tiempo en San Rafael (lugar de la sierra madrileña en dónde el club rojiblanco hace las pretemporadas).
Luis lo observaba a todo. Le molestaba profundamente que la prensa estuviera escribiendo ya de Torres como la nueva estrella del equipo. Cuando le preguntaban, decía: ´eso son teorías de ustedes que no le ayudan en absoluto a la formación del chaval. Está joven y verde, le queda mucho´, calmaba a la prensa que necesitaba vender ilusión a una afición que veía como su eterno rival, el Real Madrid, fichaba ese mismo verano a Zinedine Zidane…
Ese año ´El Niño Torres´ participó en 37 partidos con su club, marcó 7 goles y realizó 4 asistencias para acabar primeros y lograr el ascenso a Primera División. Ya nadie le movería del primer equipo hasta su venta al Liverpool por 37 millones de euros en el verano del 2007, tras cinco temporadas con el Atleti en Primera, en dónde anotó 87 goles. Su venta era necesaria, el futbolista tenía demasiados límites para seguir creciendo en el Atlético de Madrid, cuya mejor plaza fue séptimo clasificado en esos años. Torres tenía su explosión fuera del club y todos los sabían. Fue entonces cuando Rafa Benítez le llamó y ´El Niño´ se convirtió en ´The Kid´ en Liverpool. Ganó todo lo que pudo con sus clubes y la Selección para regresar al Atlético en la temporada 2015.
El Atlético ya era otro. Torres también, aunque seguía siendo ´El Niño´. Esta vez, los límites del Atlético pasan por tener delanteros más potentes que el de Fuenlabrada si quieren seguir creciendo y anhelando la ansiada Champions que han acariciado tres veces. Diez años después, es el Atleti el que debe seguir creciendo. Torres lo sabe. Y por eso se va. Eso sí, siempre será ´El Niño y ´uno de los nuestros´.