Después de convertir tres goles en su debut en la Copa Libertadores, Lautaro Martínez esperó pacientemente que le entregaran el premio al mejor jugador del partido entre Racing, su equipo, y Cruzeiro de Brasil. Con la pelota debajo del brazo como imperecedero recuerdo de su hat-trick, este muchacho de 20 años dejó mudo al cronista del campo de juego: "La verdad es que en lo personal no me gustó el partido que hice". Esta pequeña escena resume lo que es la nueva promesa del fútbol sudamericano.
Lautaro Martínez, la nueva estrella sudamericana que tiene pies de crack y cabeza de ajedrecista
El delantero de 20 años, que pasará al Inter en una cifra récord para el fútbol argentino y podría ser la sorpresa de Sampaoli para el Mundial, es diferente dentro y fuera de la cancha. Aquí te contamos lo que lo hace diferente.

Lautaro no es un jugador común, tanto dentro como fuera de la cancha. Tienes pies de crack y cabeza de ajedrecista, porque no se apresura en sus decisiones y se toma el tiempo necesario para evaluarlas una y otra vez. No se dejó obnubilar por los millones que lo hubieran puesto en una cómoda situación financiera, pero en plazas futbolísticas ignotas. Tampoco se dejó engullir por la fama, aunque tiene edad para permitírselo. Por eso, porque su cabeza funciona de una manera atípica a la de la mayoría de los futbolistas, dijo lo que dijo tras su triplete ante el Cruzeiro. "Más allá de los tres goles, perdí dos pelotas fáciles y me voy enojado", explicó en una durísima y real autocrítica. De hecho, el 1-1 parcial de los brasileños llegó porque Lautaro se durmió y le birlaron la pelota.
Dentro del campo de juego es un animal, en el amplio sentido futbolero. Un delantero que mezcla una potencia física que arrastra rivales como si fueran muñecos –por algo su apodo es el 'Toro'- con habilidad en velocidad y una definición implacable. Es letal en el cabezazo ofensivo y una gran ayuda en el defensivo. Y le encantan los lujos, especialmente los tacos y toques de primera para desairar rivales, como muestra este video. Físicamente parece un poco pesado, pero cuando entra en acción es imparable.
Estas condiciones futbolísticas lo pusieron bajo los reflectores del mundo y varios clubes importantes se disputaron a brazo partido su fichaje. El Inter de Italia y el Atlético de Madrid fueron los finalistas en esta lucha, tentándolo con una cifra cada vez mayor. Finalmente fueron los italianos los que ganaron a cambio de 33 millones de euros, el monto más alto para un jugador que pasa directamente del fútbol argentino al exterior. Y no es poca cosa tratándose de un mercado eminentemente exportador como el argentino, del que han emigrado nombres que hoy valen cientos de millones. El Inter se aseguró un preacuerdo y la partida de Lautaro se fijó para junio de este año, pero todavía no se firmó nada porque él –una vez más- no tiene ningún apuro.















Sus virtudes, además de hacerlo apetecible para los clubes, también seducen a Jorge Sampaoli, el técnico de la selección argentina que estuvo observándolo en la deslumbrante actuación de Lautaro ante Cruzeiro y en los últimos juegos del delantero. La inclusión del 'Toro' en el equipo albiceleste es un debate nacional en la Argentina y figuras desde todos los sectores están haciendo fuerza para que Lautaro sea uno de los 23 jugadores que lleve el DT al Mundial de Rusia. Incluso Ricardo Bochini, el máximo ídolo de Independiente -equipo que es el enemigo íntimo de Racing- alzó su voz en apoyo del pibe académico. Se habla de que Icardi, Dybala o hasta Higuaín podrían ser reemplazados por Martínez.
Otro ejemplo de que Lautaro tiene una mentalidad distinta al promedio fue su determinación de quedarse en Racing cuando tenía uno de los salarios más bajos de todo el plantel de Primera y, paralelamente, una de las cláusulas de rescisión más altas: nueve millones de dólares. Lautaro reclamó varias veces un aumento y los directivos miraron para otro lado. Sin embargo, antes de explotar, hizo nuevamente una pausa, puso la pelota contra el piso y accedió a reunirse con los dirigentes para llegar a un acuerdo. Otros hubieran presionado por irse, poniendo al club contra la espada y la pared para forzar una salida. Lautaro no y, al esperar, también se benefició ya que las ofertas que le llegaron luego fueron más suculentas y de clubes más grandes.
Al cultivar la mesura y la paciencia, Lautaro también benefició al pequeño club del que surgió: Liniers de Bahía Blanca, una ciudad que está a poco más de 600 kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Siempre estuvo en contacto con Liniers, ayudándolo con ropa o pelotas conseguidas gracias a sus patrocinadores. Pero ahora, con la montaña de euros que pagará el Inter, esta pequeña institución se salvará por varios años ya que posee el 20 por ciento de los derechos federativos, lo que se traduce en 6.600.000 dólares, un dineral.
Lautaro es sin dudas una de las apariciones más impactantes de los últimos tiempos en Sudamérica. Y no estamos hablando solo de fútbol.