Chivas lo hizo. Con poco, pero lo hizo. La noche del 10 de abril el Rebaño Sagrado quedó en la antesala de un nuevo campeonato, uno que le dé brillo no solo a nivel nacional sino internacional dentro de la Concacaf Liga de Campeones.
Futbol Retro | Chivas sufrió pero se metió a la final
El Rebaño empató sin goles y, tras el 1-0 de la ida, peleará por el título de Concacaf.
En Nueva York su fútbol se congeló; no apareció en uno de los peores encuentros que se le tenga memoria. Pero el fútbol es así, no siempre gana o califica el que mejor juega. Suena a obviedad, pero goles son amores, y en este caso el que marcó en la ida Isaác Brizuela valió para estar en una gran final.
Dirán lo que quieran, pero este Rebaño Sagrado de Matías Almeyda gana, y no solo partidos, obtiene títulos. Ya lo hizo en la Copa MX, lo obtuvo en Liga MX y ahora está en la final de la Concacaf Champions League.
El juego de hoy resultó olvidable, anecdótico si queremos ser positivos pues de fútbol hubo muy poco. Apáticos, frágiles y sin idea futbolística. Así podríamos describir a los futbolistas de las Chivas en el primer tiempo.
Mientras New York Red Bulls salió a devorarse 'la Gran Manzana', Chivas arrancó tímido y asustado, congelado por el fuerte aire que se vivía en New Jersey.
El local fue un torbellino en el primer lapso; ese equipo rocoso que jugó en el Estadio Akron una semana antes se había vuelto un mar de buenas ideas y mejores decisiones; transiciones de pelota que volvían loca a la defensa del Rebaño Sagrado donde la zaga mexicana no conseguía controlar la pelota.
Así, apenas a los 6 minutos llegó el primer aviso del New York Red Bulls. Tim Parker metió disparo que pasó apenas desviado del arco de Rodolfo Cota. Eran momentos en los que la tensión comenzaba a asomarse en el arco del Rebaño.
El segundo aviso llegaría a los 15 minutos; a Chivas le quemaba la pelota y cometía errores infantiles obligando a Rodolfo Cota a estar muy atento. Gracias a una buena salida que acabó en un cruce con Alan Pulido, Derrick Etienne no abrió el marcador para los estadounidenses.
Chivas no llegaba, y al final, acabó sin un solo tiro a gol. Una sola jugada que pusiera en aprietos al arquero Luis Robles. Así de lacrimógeno fue el inicio para el Rebaño Sagrado.
El segundo tiempo se mantuvo en una situación similar; Chivas cometiendo errores infantiles en la salida y Red Bulls intentando aprovecharlos gracias a una intensa presión.
Rodolfo Cota acabó siendo factor. Jugando adelantado fue un defensa más para Chivas, y en su labor de arquero, una notable seguridad salvando todo lo que llegaba a su arco.
Fue hasta el minuto 52 cuando llegó el primer aviso, muy tibio, de las Chivas luego de un disparo de Edwin Hernández que pasó muy desviado. Era, al menos, un toque de atención para la zaga estadounidense que había tenido poco trabajo al momento.
Chivas jugaba con la desesperación del rival y apostaba al contragolpe; al tiempo que tenía un cerillo en las manos que en cualquier momento podía encenderse y quemarlo por completo.
Al final, merecido o no, Chivas se llevó un premio muy valioso, uno que le dará tiempo para mejorar su fútbol y así encarar la gran final de la Concacaf Champions League.