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    El 'Monstruo Morado': el equipo del siglo de Concacaf al que tendrá que superar el América

    Saprissa es el equipo más ganador de Costa Rica y su estadio es uno de los más temidos de Concacaf, donde clubes y selecciones mexicanas han visto su suerte.


    Por:
    TUDN


    Video Las Águilas sobrevuelan Costa Rica y le meten miedo al Monstruo Morado
    América visita al Saprissa para disputar el partido de ida de los octavos de final de la Liga de campeones de la Concacaf. Los de Miguel Herrera no se sienten favoritos, pero se consideran obligados a ganar.
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    Saprissa y América tienen varios puntos en común: en sus respectivos países son los equipos más amados y odiados; las televisoras más importantes de Costa Rica y México poseen acciones de los clubes y son los más ganadores en su tierra.

    En Costa Rica, quienes no le van al Saprissa dicen que el único morado con el que simpatizan es con el billete de 50 mil colones, el de más alta denominación. Las familias ticas suelen dividirse entre los “morados”, la Liga Deportiva Alajuelense y el Herediano, los tres clubes grandes de aquel país. Acaso en arraigo, el Cartaginés se les puede acercar, aunque el equipo de la “Vieja Metrópoli” carga sobre sus hombros una maldición de casi 80 años sin ser campeón.



    Ser del Saprissa implica aguantar el encono de los rivales, del resto del país, pero también es presumir la vitrina más grande de Costa Rica: 33 campeonatos de la liga local, ocho de la Copa y tres de Concacaf, que lo convierten, además, en el equipo no mexicano con más títulos de la región.

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    Saprissa es el único equipo de un país diferente a México que ha representado a Concacaf en el Mundial de Clubes: lo hizo en 2005, cuando vencieron a los Pumas en la Final de la región, y fueron terceros en el campeonato del orbe celebrado en Japón.

    En aquella época, Jorge Vergara era dueño del equipo, al que tuvo en su poder de 2003 a 2011. Justo entonces fue cuando el Consorcio “Horizonte Morado” le compró todas sus acciones, una asociación entre los empresarios Juan Carlos Rojas, Edgar Zurcher y Televisora de Costa Rica (Teletica).

    Saprissa, rival de América en 2018, es hasta ahora el último equipo no mexicano en ser campeón de la Liga de Campeones de Concacaf. Eso sucedió en 2005, cuando dejó atrás a dos mexicanos.
    El camino del apodado 'Monstruo morado' comenzó en cuartos de final contra Kansas City Wizards, al que le sacaron un empate sin goles en Estados Unidos.
    En un duelo reñido, los costarricenses se impusieron 2-1 en tiempo extra para clasificar a semifinales contra Monterrey. El equipo tico llegó tras clasificar entre los centroamericanos.
    En el duelo contra Monterrey, los costarricenses como locales cedieron un empate 2-2 contra su rival mexicano.
    Sin embargo, en el juego de vuelta en México, tampoco pasaron del empate 1-1 y en la definición de penaltis se impuso Saprissa.
    Vale la pena destacar que los duelos para los mexicanos en el estadio Ricardo Saprissa se han convertido en un auténtico dolor de cabeza, amenaza que debe tener en cuenta el América en 2018.
    Con ese antecedente, Saprissa vivió con toda euforia el primer partido de la final en su casa, con una fanaticada emocionada que soñaba con su tercer título a nivel de clubes en Concacaf.
    Pumas fue a San José de Costa Rica con llevarse un empate que le permitiera definir con comodidad en la vuelta en su casa.
    Sin embargo, Víctor Cordero y Ronald Gómez le dieron la victoria al equipo morado por 2-0, diferencia importante para el partido de visitante.
    Gómez, mundialista con Costa Rica, fue una de las grandes figuras en esos partidos de finales.
    De hecho, su gol en el partido de vuelta en Ciudad de México fue definitivo para que a pesar de la derrota contra Pumas 2-1 les sirviera para coronarse campeones.
    Saprissa de Costa Rica se dio el lujo de celebrar en pleno estadio Olímpico Universitario de Pumas UNAM, que en 1993 ya había vencido en una final a León de México y en 1995 a Municipal de Honduras.
    Pumas tuvo que resignarse a ser subcampeón, sin poder repetir los títulos obtenidos en 1980, 1982 y 1989 a nivel continental.
    Saprissa hizo sufrir a Pumas lo que ellos habían sufrido apenas un año antes, cuando su compatriota Alajuelense los venció en la final de Liga de Campeones de Concacaf en 2004.
    El título de Saprissa fue hasta el momento el último de un equipo no mexicano en Liga de Campeones de Concacaf, a pesar de que volvió a ser finalista en 2008 contra Pachuca.
    El título de Saprissa marcó un punto de quiebre del futuro dominio mexicano, pues incluso tras ese torneo apenas tres de las siguientes 12 finales tuvieron al menos un equipo que no fuera de Liga MX.
    Uno de los datos llamativos de ese Saprissa campeón es que su propietario era el mexicano Jorge Vergara, que ahora es el hombre en cabeza de Chivas de Guadalajara, que debutará el jueves.
    Ya en el Mundial de Clubes, Saprissa continuó su buena senda y se impuso en los cuartos de final 1-0 contra Sydney, en donde militaba Kazu Miura, jugador que inspiró al creador de Supercampeones.
    En semifinales, no pudo detener al gigante europeo Liverpool, que lo derrotó 3-0 y acabó con su sueño de ser el mejor del mundo.
    Eso sí, puede decir que estuvo en el podio de los mejores del 2005 pues derrotó en la lucha por el tercer puesto al árabe Al-Ittihad por 3-2.
    Ese al menos es el gran recuerdo del que fuera el último equipo diferente a un mexicano en representar a Concacaf en un Mundial de Clubes.
    Por eso, Saprissa es un gigante que quiere recordar la gloria de un título de Concacaf y por eso tendrá que derrotar a América para demostrar que tiene pasta de campeón.

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    Imagen Getty Images
    Saprissa, rival de América en 2018, es hasta ahora el último equipo no mexicano en ser campeón de la Liga de Campeones de Concacaf. Eso sucedió en 2005, cuando dejó atrás a dos mexicanos.


    No sólo eso: la IFFHS declaró a los ‘Morados’ como el equipo del Siglo XX del área de Concacaf, una clasificación en la que el equipo mexicano mejor colocado fue el Necaxa, en la séptima casilla.

    Su estadio, el Ricardo Saprissa, fue la fortaleza no solo de su equipo, sino también de la selección tica por mucho tiempo, hasta que en 2010 se completó la reconstrucción del Estadio Nacional. Sus tribunas albergan a 23 mil aficionados y se separan de las líneas del campo de juego por apenas unos metros.

    El griterío de una hinchada entregada y escandalosa inevitablemente presiona al rival que, además, tiene como telonero de lo que puede ser una historia de terror que en los vestidores tiembla y se azotan las puertas antes del partido, ya que encima de ellos está la grada sur, donde brinca la “Ultra”, la barra más grande no sólo del Saprissa, sino de toda Costa Rica.

    Un vigor que se acrecenta especialmente cuando un equipo mexicano es el que visita al local, ya sea en partido de clubes o de selecciones. Decir que el “Monstruo Morado” pesa no es tan metafórico como parece.

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    “La Cueva”, como se le conoce al Estadio Ricardo Saprissa, no esconde las huellas del paso del tiempo, pues fue fundado en 1972, hace ya cuatro décadas y media. Sus gradas prácticamente en su totalidad están levantadas a un ángulo de 45 grados, por lo que el espectador, de manera irremediable, se siente parte del juego. (No es apto para personas con vértigo ni acrofobia.)

    Los ticos insisten mucho en que su país es pequeño. Por cada tico hay 26 mexicanos y su territorio es del tamaño del estado de Yucatán, pero decirle pequeña a una nación que vive en paz sin ejército desde 1948 y que consume el 99 por ciento de su energía proveniente de recursos renovables es para pensarlo dos veces. Lo mismo pasa con el fútbol: un estadio de tamaño y forma similar al viejo Nemesio Diez de Toluca es una de las aduanas más difíciles del lado norte del continente americano.

    Un ejercicio de mentalidad y aplomo es lo que tendrá el América ante el 33 veces campeón de Costa Rica.

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