Las Águilas del América están en la Gran Final del Futbol Mexicano y se medirán en una auténtica serie de alarido, paternidad y revancha a la Máquina Celeste del Cruz Azul.
América humilló 6-1 a Pumas y jugará ante Cruz Azul la Gran Final del Apertura 2018
Las Águilas destrozaron a unos Pumas que no metieron las manos y que vendieron muy barata su eliminación.
Los azulcremas humillaron, aplastaron y despedazaron a unos Pumas de la UNAM que no metieron las manos y que acabaron goleados en el Estadio Azteca. Ridículo brutal de los auriazules frente a su odiado rival que continúa con una paternidad fuerte sobre su vecino de ciudad.
Renato Ibarra, Bruno Valdez, Roger Martínez, Guido Rodríguez, Diego Lainez y Emanuel Aguilera convirtieron para el América, mientras que Carlos González descontó para los Pumas de la UNAM.
Pumas llegaba a su cita en el Estadio Azteca con la imperiosa necesidad de marcar dos goles si es que quería calificar en el marcador. Sin embargo, muy pronto las Águilas se encargaron de iniciar la masacre gracias a una anotación de Renato Ibarra con gran colaboración de Alfredo Saldívar, el gran villano de la noche.
En un toma y daca, Pumas no tardó prácticamente nada en empatar el encuentro gracias a un estupendo remate de Carlos González a remate de Pablo Barrera. Era el 1-1 que ponía a los universitarios en el marcador y que los ilusionaba que, con un gol más, pudieran eliminar a su gran rival.
Pero así como llegó rápido en empate, también la ventaja americanista no tardó en llegar. ¿Quién más podía anotar a las Águilas? Bruno Valdez, el defensa goleador, el mejor rematador de cabeza del fútbol mexicano, conectó un gran centro para vencer a Alfredo Saldívar. Fue el gol de la ventaja que el América ya no perdería.
Para hacer más complicada la remontada de Pumas, antes de terminar el primer tiempo, Alfredo Saldívar cometió otro error infantil que dejó mal parada a la zaga universitaria; tras un centro en el vértice del área, Roger Martínez definió gracias a una media tijera.
Los Pumas se iban al descanso con la necesidad de dos goles, una tarea complicada, más no imposible. Era imprescindible no cometer más errores atrás.
Pero en el complemento, fue lo primero que sucedió. Otro error de primaria por parte de Juan Iturbe, recién ingresado al campo, le dejó la pelota servida a Guido Rodríguez quien liquidó la Semifinal y puso a las Águilas pensando en el Cruz Azul.
Y había más. En el vendaval americanista, Renato Ibarra tenía una fiesta por la lateral derecha haciendo como quería a Víctor Malcorra; de los pies del ecuatoriano llegó el 5-1 en un centro que Diego Lainez definió.
Cuando parecía que América se tiraba a la hamaca y no marcaría más goles, la dupla Arribas-Saldívar se encargó de lo contrario. Penal de ambos jugadores con un recargón sobre Roger Martínez que, Emanuel Aguilera, el nuevo cobrador de penales de las Águilas, se encargó de finiquitar.
El juego terminó con el 6-1 porque América así lo quiso. Si no, el resultado final hubiera sido aún más humillante que lo que de por sí fue. Ahora, una final soñada entre América y Cruz Azul que coronará no solo una batalla capitalina, sino de dos de los equipos llamados ‘grandes’ en el futbol mexicano.
La revancha de aquella final de 2013 llegará antes de lo pensado para Cruz Azul y permitirá que América pueda mantener su paternidad tan larga sobre la Máquina y acrecentar la herida que Moisés Muñoz dejó abierta hace ya varios años.