Valieron los dos goles con los que el Atlas ganó en el Jalisco. Si hace un año la platicaban, nadie hubiera creído que en un añito los Rojinegros romperían una malaria de más de 70 años sin campeonar consiguiendo un doblete.
Fue con sufrimiento. Y sí, con muchísima polémica. Pero al final, el Atlas nunca se enfermó de campeonitis, trabajó para ser un equipo serio, letal en ataque y fuerte en defensa. Enfrente un Pachuca que en 180 minutos pudo merecer más y que superó en varios lapsos de la final a su rival. Pero, enfrente, Camilo Vargas, su falta de definición y la suerte lo impídieron.
No hubo mal que durará 100 años. Vaya que si. Hoy, nuevamente un gol, otra vez de penal, de Julio Furch, le dieron vida al Atlas evitando que los dos goles, uno de Romario Ibarra y el otro de Nico Ibáñez, prolongaran el alargue.
El inicio del partido fue frenético. Un arranque que auguraba la gran final que íbamos a vivir y un primer tiempo que no decepcionó a nadie. Goles y polémica.
Pachuca sabía que necesitaba ser paciente para remontar el 2-0 de la ida, pero posiblemente nunca se espera que antes de los 10 minutos ya iba a estar ganando el encuentro.
Romario Ibarra se inventó una jugada de otro encuentro al quitarse a dos rivales del Atlas, con túnel incluido, para después colgar el esférico en el ángulo superior izquierdo de Camilo Vargas. Golazo que rompía una doble línea de 4, metía miedo a los Rojinegros y esperanza a un Estadio Hidalgo que era un volcán en erupción.
Los Tuzos dominaban e inquietaban. Parecía cuestión de minutos para que llegara el 2-0. Y estuvo muy cerca. La polémica apareció con una decisión del VAR que no dejó satisfecho a nadie y que levantó un halo de dudas sobre si el arbitraje beneficia o no al Atlas.
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Un penal muy claro de Anderson Santamaría sobre Erick Sánchez fue desestimado por el VAR por un offside previo. Decisión sumamente extraña pues el fuera de lugar nom pintaba tan claro.
El juego siguió hasta que llegó la del Atlas. José Abella metió un disparo que fue desviado por una mano de Daniel Aceves. Penal que el VAR señaló correctamente a favor de los Rojinegros y que convertiría Julio Furch para el 1-1.
Las dos polémicas generaron un retraso que derivpo en 9 minutos añadidos. Cuando el primer tiempo agonizaba, llegó el 2-1 de los Tuzos; Víctor Guzmán metió un gran centro y Nico Ibáñez clavó un mejor remate de cabeza para mantenerle viva la esperanza al Pachuca.
Para el segundo lapso la intensidad aumentó con un Pachuca volcado al frente y con un Atlas que se defendió hasta con los dientes de los intentos locales.
Fueron los Tuzos los que estuvieron a nada del tercero, el que forzaba el tiempo extra, sin embargo, José Abella, en la línea, salvaría a los Rojinegros.
Al final, el Atlas se quedó con su tercera estrella. Una década dulce e impredecible donde los Rojinegros se suman a Pumas y León como los equipos que han conseguido un bicampeonato.
Este Atlas es de época. Este Atlas es campeón. Este Atlas está marcando una época.
En una emocionante Final de Vuelta, Pachuca se llevó el triunfo, pero la ventaja que Atlas tomó en el partido de Ida fue suficiente para concretar el bicampeonato y la tercera estrella en la historia de los Zorros.
