No hay teoría que demuestre si una semana de paro futbolístico en las ligas con motivo de la fecha FIFA ayuda o perjudica a los equipos. Lo que suceda después del descanso podremos achacárselo al receso, pero no habrá manera de comprobarlo.
En el tema anímico, el descanso y unos días en paz con la familia no le caen mal a nadie y desde ese punto de vista a cualquier profesional le saben a gloria, máxime a los jugadores que tienen un ritmo de viajes y de ausencia de casa muy frecuente.
En la parte física hay argumentos encontrados. Si bien la falta de partidos permite la recuperación física de los jugadores que disminuyen su carga de trabajo y no se diga de los lesionados, hay quienes piensan que en el ritmo futbolístico puede caer en un bache.
En deportes como el béisbol, por ejemplo, la rotación de los pitchers es sagrada ya que alterarles su ciclo de trabajo/descanso les puede pasar factura en su continuidad, pérdida de ritmo e incluso lesiones.
Hoy la tecnología médica brinda muchas herramientas que permiten valorar y en su caso nivelar el estatus físico de cada jugador, sin embargo, la falta de partidos de alta competencia no se puede sustituir con nada.
En ocasiones, aunque se programe un partido amistoso el nivel de exigencia no cumple con los mismos estándares que un duelo de liga y acaba quedándose por debajo de la actividad normal.
Y como club hay que agregar el factor de los elementos seleccionados que si tienes la suerte de que no regresen lesionados, seguramente llegarán cansados y con una carga adicional producto de los partidos y los viajes realizados en un corto período de tiempo.
En conclusión cada quien hablará de la fecha FIFA según le vaya en la fiesta. Aunque para mi tiene más beneficios que perjuicios. ¿Usted qué opina?