Toda historia tiene a sus villanos y a sus héroes. En Chivas, los últimos meses, nos acostumbraron a tener más de los primeros que de los segundos. Sin embargo, siempre habrá una luz que ilumine el camino y que enseñe la puerta de salida.
Del olvido a la gloria: El Chicote al fin mostró por qué lo fichó Chivas
Cristian Calderón fue el héroe al anotar tres golazos, uno mejor que el otro; se convirtió en la figura que Chivas se trajo de Necaxa.
Cristian Calderón navegó en ambos bandos. Su millonario paso de Necaxa a Chivas no se justificaba bajo ningún contexto; de hecho, a más de un año de su llegada, su fichaje era más una pifia que un acierto.
Del Chicote se sabía mas de temas extra cancha, fueran problemas reales o inventados. Al Calderón que aterrizó en Guadalajara le faltaban minutos, confianza y actuaciones contundentes. Pero no cualquiera, requería que fuera en una instancia de pesa.
Bastaron cuatro días. Fueron 96 horas. Tan solo dos partidos para que Cristian Calderón pasara de la ignominia a la idolatría. Y nunca antes mejor ganado. El Chicote iluminó el camino de Chivas y con tres joyas se convirtió en el hombre del Clásico de Clásicos.
Su calidad nadie la podía dudar. El nivel que mostró con Necaxa lo llevó a ser jugador de selección nacional. Pero a Calderón le faltaba demostrar que no era jugador de equipo chico que se apaga en uno grande.
En la serie ante América fue el héroe anónimo, el que nadie hubiera pensado que iba a acabar como el iluminado. Ingresó de cambió en la ida y con los ojos cerrados prendió un esférico para colocarlo en el ángulo.
"No me tenía confianza, pero al final sí dije «chingue a su madre, a ver qué sale» y se dio un golazo. La verdad estoy muy contento por haber hecho ese gol", destacó a Chivas TV terminando la ida.
Él mismo lo dio a entender: pudo ser un accidente. Pero en la vuelta demostró que las sorpresas se buscan, se generan y se dan cuando las cosas se intentan. Y así fue. Lo intentó una y dos veces, ambas, con resultado favorable.
El Rebaño demostró que nadie está por encima de la institución. Se fueron los que sobraban y los que dejaban claro que había prioridades antes que el club. Entre las dudas y las antiguas indisciplinas, Cristian Calderón se apartó de los rumores y se centro en ser ese mismo jugador que Ricardo Peláez trajo a golpe de talonario al Rebaño.
Bienvenido Chicote. Esto es Chivas.