En cierto punto era de esperarse. La mala temporada de Cruz Azul no auguraba que mucha gente fuera a verlo al Estadio Azul, mucho menos después que la directiva celeste triplicara el costo de los boletos para el encuentro ante Chivas.
Cruz Azul puso el mosaico pero Chivas llenó el estadio
Mayoría rojiblanca en uno de los partidos más caros de todo el Clausura 2017.
Del otro lado, lo contrario. Chivas, apenas unos días después de levantar el título de la Copa MX, amenazaba con invadir el Estadio Azul gracias a su buen momento y al gran poder de convocatoria que tiene en la Ciudad de México.
Media hora antes del comienzo del partido, se confirmaron las dos teorías. Chivas era local ante Cruz Azul pese a ser el visitante del juego.
Mientras en la grada se coreaba el grito de “Chivas, Chivas“, en la grada celeste se podía ver un mosaico de Cruz Azul, un tanto insípido, un tanto destintado, pero al final, ahí estaba esa guarida cementera que intenta ponerle color y calor a un equipo frío y un estadio helado.
La directiva celeste sacó el último gran negocio de la temporada; pese a los boletos a un costo muy alto, el Azul se llenó. Será el último juego de la Máquina como local en esta temporada. Claro, salvo un milagro que difícilmente se le dará a Cruz Azul.