Tras el silbatazo que decretó el pase a la final de Cruz Azul, se me vinieron a la mente todas las burlas que tuvo que sufrir el aficionado celeste hace seis meses mientras disfrutábamos el Mundial de Rusia 2018. ¿Lo recuerdan?
¿Cuántas bocas va a callar Cruz Azul si es campeón el próximo domingo?
Los hinchas de la Máquina se han comido burlas los últimos 21 años; están a 180 minutos de cobrarse todas las que le han hecho.
Era deporte nacional burlarse del Cruz Azul en Rusia 2018. México le ganó a Alemania y a Corea del Sur porque un par de aficionados alemanes y coreanos se pusieron la playera del Máquina. Y viceversa quizá contra Suecia y contra Brasil.
Peor aún. Recuerdo videos donde mexicanos insultaban e incluso agredían a seguidores de Cruz Azul que osaban ponerse su playera en pleno Mundial. Para algunos era divertidísimo, pero para otros, eran humillaciones y burlas que han tenido que cargar por largos 21 años.
Créanme, no es fácil ser de Cruz Azul. Explicarlo nuevamente está de más. Por eso, victorias como las de hoy frente a Monterrey, saben más y saben mejor. Hoy el ‘cruzazulismo’ de México tiene todo el derecho del mundo de celebrar y de esperanzarse por una nueva oportunidad de conseguir un título.
Han sido 21 años de aguantarse las ganas de celebrar un campeonato. De contenerse las lágrimas con cada eliminación; de llorar de rabia por las finales perdidas. De ilusionarse, de tropezarse y de volverse a ilusionar. Tantas tragedias lo único que han hecho es unir a los aficionados que siempre han estado ahí para su Máquina, no los que se van y después regresan, sino para los que se han comido burlas y humillaciones a diestra y siniestra, desde chistes blancos hasta agresiones como las de Rusia 2018.
El jugador de Cruz Azul está ante una oportunidad de oro. No la última, porque el fútbol da revanchas, y clubes como la Máquina siempre deben estar encima de una corona. Sino por el momento del plantel y la calidad del mismo.
No he visto un Cruz Azul tan sólido como este. Tiene buenos jugadores y tiene un buen entrenador. Tiene sangre y hambre. Muy alejado de aquellos planteles ciertamente desequilibrados que se plantaron contra Santos, Toluca, Monterrey y América. Quizá la Máquina de 1999 cuando se perdió frente a Pachuca era lo más similar al equipo de hoy.
Hay un grito contenido que puede desbordarse el siguiente domingo. Si Cruz Azul es campeón, que nadie le diga exagerado a un hincha celeste. Si Cruz Azul es campeón, que nadie se ofenda si se cobran las miles de burlas recibidas. Si Cruz Azul es campeón, más de medio país se quedará con la boca cerrada. Y si no lo es, no duden jamás que la institución y el equipo en sí, más su afición a prueba de balas, va a seguir ahí, estoica con sus jugadores y con sus colores.
Se viene la Máquina. Que se burlen lo que quieran, que Cruz Azul está a dos partidos de poner un hasta aquí a ser el bullyng del futbol mexicano.