En 1998 había un jugador que deslumbraba en Pumas por sus condiciones y buen desempeño en la media cancha, era Braulio Luna, futbolista de pelo rizado que conquistó los corazones de los seguidores felinos, pero que todo cambió cuando decidió fichar por el América, el odiado rival de los felinos; ahora... Nicolás Castillo firmó contrato con el América y la historia podría repetirse.
De la miel a la hiel: Nico Castillo podría vivir el 'infierno' que sufrió Braulio Luna
El atacante universitario se ganó los corazones de la afición de Pumas, pero los buenos sentimientos pronto quedarán olvidados.
En el fútbol es cada vez más común que se pierda el amor a los colores y son muy pocos quienes verdaderamente le guardan lealtad a la playera sin importar los billetes que tengan por delante; ejemplos hay por montones. Pues bien, en 1998 Braulio Luna fichó directamente de los Pumas al América, un traspaso directo de la miel a la hiel, del amor al desamor y por su pesto para muchos de la lealtad a la traición. Lo peor de todo, es que de acuerdo al jugador, fue vendido sin su consentimiento a las águilas, e intentó frenar el traspaso, pero los hinchas nunca le creyeron.
Nico Castillo no descarta jugar en América
"Fue amargo porque fue fuerte, porque me volteó a toda la gente de los Pumas y como yo declaré tres años atrás que siempre le había ido al América, cada vez que iba a CU era esconderme, era salir con seguridad. El entonces presidente del patronato (Javier Jiménez Espiriú) dijo que me fui porque yo quise, y eso no fue cierto", afirma Braulio Luna.
A Braulio le gritaban de todo, lo ofendían y hasta lo amenazaban cada que jugaba contra los Pumas, tuvo algunos momentos de lucidez con el América, aunque después vistió las playeras de Necaxa, Veracruz, San Luis, Pachuca, Estudiantes y hasta Cruz Azul Hidalgo y el San Luis. Pese a ello aún hay quienes le recriminan el fichaje.
Veinte años han pasado desde entonces y ahora la figura es Nicolás Castillo, quien reabrió la herida que alguna vez sintieron los universitarios, cuando vieron que uno de sus mejores jugadores dejaba de vestirse de azul y oro para ponerse el color amarillo.
No será sencillo para Nicolás Castillo, pues además de enfrentar el encono rival deberá convencer a una de las aficiones más exigentes y en un plantel en el que la competencia por un puesto en el once inicial no será sencilla.