EDITORIAL | Cuando un metro es la diferencia entre 'calma' y 'desempleo' para Matías Almeyda

Chivas juega bien, pero no gana. Maldito dilema el que existe en torno al Rebaño Sagrado.

El fútbol es de resultados; en ocasiones los triunfos no llegan pese a que los equipos juegan bien, y esto da un poco de calma a los entrenadores.

Sin embargo, cuando pasa bastante tiempo y se juega bien sin ganar, la paciencia termina por acabar. Esto le está pasando a las Chivas y el proyecto de Matías Almeyda.

Hoy el Guadalajara fue mejor que Pumas, si bien no todo el encuentro, si gran parte de él. El resultado importa pues las Chivas acumulan seis partidos consecutivos sin ganar, además que son penúltimos de la tabla general y, para colmo, el siguiente sábado juegan en su casa contra el América.

Matías Almeyda y sus Chivas pudieron llegar anímicamente muy fortalecidos si le hubieran ganado a Pumas. Lo pudieron lograr si Oswaldo Alanís hubiera metido el penal al minuto 91 cuando el juego estaba 1-1. Pero como bien dice el dicho, “el hubiera no existe”.

Fue un metro aproximadamente lo que voló su penal Alanís, pero para Chivas significaba la tranquilidad de su equipo, de su directiva, su afición y su técnico; o bien, que exista un ultimátum para Matías Almeyda si no le gana al América.

¿Debe irse el ‘Pelado’ si no gana el siguiente sábado el 'Clásico de Clásicos'?

Las matemáticas dicen que si Chivas no saca los tres puntos en el siguiente juego están prácticamente eliminadas de la liguilla. Hundidas en la tabla general y sumando siete partidos seguidos sin la victoria. Además, sumando su segundo campeonato consecutivo quedando fuera de la pelea por el título.

La respuesta es un ‘sí’. Chivas es un club ‘grande’ que no se debe dar el lujo de no meterse a la liguilla, aunque en el campo esté jugando bien. No puede sumar dos torneos fuera de la 'Fiesta Grande', permitirse regresar a pelear descenso y sobre todo, aumentar su racha negativa cayendo en su estadio y con su gente ante el América.

El empate de este domingo contra Pumas fue fortuito. Sí, casi ganan con penal de último minuto, pero también lograron el 1-1 con una pena máxima flagrantemente inventada por el silbante César Ramos Palazuelos.

A veces los empates maquillan para mal la situación de un club. Ojalá jugar bonito fuera suficiente para quedar campeón (México hubiera sido monarca mundial en Alemania 2006 y Brasil 2014), pero la realidad es otra. Vivimos en un futbol resultadista y Chivas tiene un dueño de poca paciencia. El tiempo dirá.

De salida

Si decimos que Almeyda debe irse en caso de no ganar al América, entonces en dónde dejamos a Pedro Caixinha en Cruz Azul que este domingo, otra vez, perdieron y fueron evidenciados por Santos Laguna.

Ya suena a cliché barato decir que ‘este es el peor Cruz Azul de los últimos años’. La realidad es que varias versiones se pelean el cetro. Sn embargo, hay que aceptar que esta Máquina es una de las más deslucidas, apáticas, aburridas y patéticas de los años contemporáneos.

Cruz Azul no da una. Ni juega bien, ni tampoco gana. No funcionan de visita, ni tampoco en casa. Su defensa es de cristal y su ataque no asusta a nadie. La Máquina está en reversa y no se ve por dónde Pedro Caixinha le dé vuelta. Ojo que al portugués le quedan dos años y medio de contrato. Qué martirio.

Si Pedro Caixinha tiene arrestos, tendría que presentar ya su renuncia. Como eso no va a pasar y tampoco parece que haya presión para que lo corran, pues entendemos que este Cruz Azul pinta para ser, otra vez, el fiasco del Clausura. Y lo peor, a nadie le sorprenderá que lo sea.