Eduardo Robles debuta con Gallos y en su primer balón anota

Cuando Juan Eduardo Robles recuerde su historia dentro de unos años, seguro lo hará así.

El 13 de septiembre del 2024, no había debutado en la Primera División, pero Mauro Gerk lo llevó a la banca ante Puebla en el Cuauhtémoc para el partido de la Jornada 7 del Apertura 2024.

Justo el día que se anunció a Darío Benedetto como refuerzo del equipo.

Sin amedrentarse por la nueva competencia, salió a calentar con la esperanza de ingresar al juego cuando caía Gallos 1-0 con Puebla. Con su número 187, ingresó al campo a los 64 minutos por Martín Río y a los 65 tocó su primer balón en el máximo circuito. Lo controló, se quitó a un defensa, disparó y batió a Miguel Jiménez para empatar el partido.

El festejo fue en grande por supuesto, tan grande como su historia que es digna de ser contada por que es una en un millón.

Todavía Robles enseñó más en el resto de minutos que jugó. Encaró, metió centros. Se hizo notar como el delantero que es con un futbol de desparpajo y temple, sin embargo no le alcanzó ni a él ni a Gallos para al menos igualar el juego.

La Franja ya había anotado a los 45' y aunque el tanto de Robles le dio un envión importante a la causa de Querétaro, finalmente Santiago Ormeño de penal marcó el de la diferencia a los 77 para que Puebla llegará a ocho unidades y se ubicará a la mitad de la tabla del Apertura 2024.

Robles también recordará, seguramente, que el día de su debut, primer toque y primer gol en la Liga MX, Gallos anunció a Benedetto como refuerzo con la esperanza de que les ayude a salir del fondo de la tabla en la que están ubicados con un punto en siete partidos.

Mientras ese día llega, el chico de 20 años se acordó del niño de seis que nació en San José Iturbide, Guanajuato, y que seguró soñaba con todo lo que le pasó hoy mientras vendía empanadas para subsistir.

“Cuando debuté y anoté el gol, me acordé de ese niño de seis años que vendía empanadas en mi rancho, yo”, aseguró al final del partido.