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    El Estadio Azteca y los goles que dejaron una profunda huella en su historia

    Anotaciones increíbles, espectaculares, determinantes, históricas; conoce las más importantes entre las 9 mil 998 con las que ya cuenta el ‘Coloso de Santa Úrsula’.


    Por:
    FERNANDO VÁZQUEZ.


    Video El Estadio Azteca y los goles que dejaron una profunda huella en su historia
    Anotaciones increíbles, espectaculares, determinantes, históricas; conoce las más importantes entre las 9mil 998 con las que ya cuenta el ‘Coloso de Santa Úrsula’.
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    Es una de las catedrales más visitadas del mundo, de las que más aglomeran veneración en el balompié, de los pocos recintos que inspiran una persignación al entrar y una bendición al salir. El Estadio Azteca es un templo futbolístico sin discusión y, como buen santuario, su reputación fue construida piedra a piedra, partido a partido y, sobre todo, gol a gol.

    En la inminencia de los 10 mil goles del Estadio Azteca, el ‘Coloso de Santa úrsula’ se torna a una cara más titánica para alcanzar la mágica cifra: Copas Mundiales de la FIFA, Copas Oro, Libertadores, Liga MX, finales por el ascenso, Campeón de Campeones, Juegos Olímpicos, amistosos, eliminatorias y demás competencias han desfilado por el gigantesco escenario para colaborar en el redondeo de esta cifra que luce más mágica que nunca.

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    Entre estos 9 mil 998 goles están los pilares, las grandes “piedras” que sostienen a la catedral. Anotaciones que marcaron época, que definieron un nuevo paradigma en el futbol mundial, los que más recuerda la afición, los más entrañables y los más importantes. A continuación, revive las dianas más destacadas que se han anotado en esta sede y que obligan a referirse al Estadio Azteca como ‘Monumental’.

    Primero lo primero
    Desde su inauguración, el Estadio Azteca siempre ha sido la casa del Club América, y es tajante, desde su mismo primer partido, la génesis de esta idílica historia. Arlindo dos Santos se encargó de anotar el primer gol en la historia del mítico inmueble el 29 de mayo de 1966 en el amistoso que acabó 2-2 entre capitalinos y el Torino de Italia.

    También de Juegos Olímpicos vive el hombre
    Para 1968, la Ciudad de México organizó los Juegos Olímpicos y el Azteca fue la casa del balompié de la justa. Si bien el representativo mexicano decepcionó al quedar fuera del podio, la Final por el oro es recordada gracias a una actuación polémica de la terna arbitral, con trifulca incluida. Antal Dunai anotó el gol que le dio la ventaja a Hungría por 2-1 sobre Bulgaria para llevarse la máxima gloria (los magiares anotarían otros dos tantos en ese encuentro).

    La fábula del Rey y el D10s
    1970 y 1986, dos años determinantes para la historia del deporte mundial, los años en los que los considerados dos mejores jugadores de la historia se consagraron y elevaron sus nombres al olimpo del balompié y el Estadio Azteca fue su castillo, su fortaleza, su templo en el cual erigieron un nombre legendario.

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    Edson Arantes do Nascimento, mejor conocido como ‘Pelé’ consiguió su corona, cetro y trono cuando, en la Final del Mundial 1970, anotó el gol más recordado de su carrera. Un cabezazo que daba la ventaja a Brasil ante Italia y que apuntaría a la canarinha (para muchos, el mejor cuadro de todos los tiempos) a una victoria de 4-1 sobre los azzurri. La Copa Jules Rimet sería por siempre posesión del ‘scratch’.

    Para muchos, Diego Armando Maradona representa el máximo pastor de una religión que ganó definitivamente a su feligresía en los cuartos de final del Mundial México 1986 entre Argentina e Inglaterra. Es uno de los partidos más memorables en la historia del fútbol debido a los dos goles de Diego, quien mostró cómo Dios puede bajar al césped y, de facto, meter su mano para encaminar a los sudamericanos al triunfo sobre los europeos.

    Sin conformarse con eso y, para sepultar cualquier duda de su calidad en el tanto de la ‘Mano de Dios’, Maradona anotó posteriormente el que es considerado el gol más hermoso en las Copas del Mundo. Una muestra de cómo el futbol a veces puede ser de uno, cuando se es un genio y se puede encarar a prácticamente toda la alineación contrincante hasta llevar el balón a las redes. El ‘Barrilete Cósmico’ había nacido.

    Otras estrellas también consolidaron su nombre en el Estadio Azteca como Gerd Müller quien anotó el gol que llevó al Italia vs. Alemania del Mundial México 70 a ser considerado el ‘Partido del Siglo’. México también tiene dianas de orgullo en el Azteca y que trascienden el tiempo. Manuel Negrete es prueba fehaciente de ello al lograr un espectacular gol de media tijera ante Bulgaria en los octavos de final de 1986; la única ocasión en la que se ha llegado al ya famoso ‘quinto partido’.

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    ¡Cuauhtémoc, suya! Alegrías y TRIstezas
    Hogar indiscutible de la Selección Mexicana, el Estadio Azteca ha visto uno de los logros más importantes del futbol mexicano: la consecución de la Copa Confederaciones. El inolvidable gol de Cuauhtémoc Blanco que dio el cuarto tanto al Tri en la Final del referido torneo en 1999. Un 4-3 marcado en la afición nacional.

    Además de Copas Oro y la ya citada Confederaciones, el Azteca también fue testigo de cómo México, en su categoría Sub 17, se volvía a elevar en la parte más alta del futbol juvenil y Giovani Casillas lo hizo oficial con un gol en la agonía del encuentro que hacía oficial el 2-0 ante Uruguay y el segundo título de los verdes en el certamen.

    De la agonía al éxtasis, la Selección Mexicana ha sabido encontrar catarsis en el coloso ideado por el Arquitecto Pedro Ramírez Vázquez. Para muestra están dos ejemplos en eliminatorias de Concacaf rumbo a la Copa del Mundo. En 2001, Jared Borgetti anotó el único gol del ‘Clásico norteamericano’ entre México y Estados Unidos, suficiente para que un desahuciado conjunto dirigido por Javier Aguirre tuviera vida rumbo a Corea-Japón 2002.

    El 11 de octubre de 2013 fue el turno de Raúl Jiménez de hacer estallar el monumental recinto con un golazo de chilena que no solamente entró entre los tantos más estéticos en la historia del inmueble, sino también, le dio vida a México que alcanzó apenas el repechaje en las eliminatorias rumbo a Brasil 2014.

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    Pero el Azteca también sabe llorar vía goles. El 16 de junio de 2001, un gol de Hernán Medford hacía oficial lo que, hasta entonces parecía imposible: fue la primera derrota de México como local en la historia de las Eliminatorias: el ‘Aztecazo’ pasó de un mito a ser realidad.

    El eterno nido
    El América es el local por excelencia en el Estadio Azteca y el gran aportador de goles rumbo a la cifra mágica, algunos de ellos muy importantes, como el del ‘Misionero’ Castillo en un gol de oro que le daba el título a los azulcrema en 2002 o el de Alfredo Tena en la ‘Final del Siglo’ de 1984.

    Otros tantos, legendarios, como el de Carlos Reinoso en el partido definitivo por la Copa Interamericana de 1978. El crack chileno dio una cátedra suficiente para ser considerado el eterno ‘Maestro’ cuando, cerca del final del encuentro entre América y Boca Juniors, cobró un tiro libre perfecto para darle el título al conjunto mexicano frente a los ' xeneizes'.

    Goles de antología, también. En la semifinal de la temporada 90-91, el Estadio Azteca vio el que es considerado el gol más hermoso en la historia de los Clásicos Nacionales cuando Eduardo Antonio dos Santos ‘Edú’ le dio un pase de rabona a su compatriota ‘Toninho’ para finiquitar la anotación de cabeza: arte en Santa Úrsula.

    Y, desde luego, los aficionados americanistas jamás podrán olvidar un gol tan importante como inverosímil y dramático. América se lanzó con todo al frente en los últimos segundos del tiempo regular de la Final del Clausura 2013 ante Cruz Azul, incluyendo a su guardameta.

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    El tiro de esquina encontró de forma increíble a Moisés Muñoz para que el portero se tendiera para rematar de cabeza y, tras una ayuda de Alejandro Castro, el balón acabara en las redes, lo que significaría a la postre llevar a prórroga, penales y el trofeo a Coapa, una noche en la que Cruz Azul forjó un término vergonzoso que denomina a los equipos que pierden una ventaja en los últimos minutos.

    Si bien La Máquina también tiene buenos recuerdos en esta sede como los goles fundamentales que dieron inicio al ‘Clásico Joven’, también tiene un recuerdo amargo acontecido el 20 de junio de 2001.

    Marcelo Delgado anotó un gol de gran calidad en la Final de ida de la Copa Libertadores entre Cruz Azul y Boca Juniors. Al momento, es el único tanto en una Final del certamen más importante del continente que ha visto el Estadio Azteca.


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