No es una historia muy larga, pero sí muy intensa. Como esos cuentos que se le dicen a los niños antes de dormir y apenas se lo creen de tan sorprendente.
El histórico equipo en el que se retiraron Hugo, Michel y Butragueño: Atlético Celaya
Aquel increíble conjunto en su primer año en Primera División jugó la final ante Necaxa y en él, ‘El Buitre’ disputó su único duelo enfrentando al Real Madrid.
En 1994, Enrique Fernández -empresario español afincado en Celaya- y un grupo de socios compraron la franquicia de Toros del Atlético Cuernavaca de la Primera División A (hoy Ascenso MX) y la trasladaron a Celaya.
Con tan buen tino en la organización y selección de refuerzos que ascendieron de categoría en su temporada de estreno venciendo en la final al Pachuca.
Tan inesperado fue aquello en el fútbol mexicano que el estado de Guanajuato, al que pertenece la ciudad, se negó a ayudar al club en la ampliación del Estadio Miguel Alemán.
Así que la población de Celaya hizo donaciones de hasta el cinco por ciento del coste de la remodelación que exigía la Federación Mexicana de Fútbol.
Pero entonces, el club soltó la primera bomba -una atómica para el fútbol mexicano de aquellos días-, Emilio Butragueño, el entrañable ‘Buitre’ del Real Madrid, fue contratado.
El atacante nunca había jugado en otro club que no fuera el conjunto Merengue y junto a su firma, los Toros pactaron un duelo ante el Real Madrid en Alicante.
Aquel conjunto era ya la sensación del torneo (inició el campeonato con nueve puntos producto de dos juegos ganados, tres empatados y uno perdido) y Emilio ya mostraba su talento por la canchas del fútbol mexicano, cuando el 10 de octubre de 1995 enfrentó al Rel Madrid en el Estadio José Rico Pérez.
Se hablaba de que Butragueño no se había contratado en España para no tener que enfrentarse a su exequipo y ahí estaba jugando contra ellos.
“Será muy difícil para mí, pero esto es diferente porque no es un partido oficial y no creo quitarle nada al Madrid; de hecho nunca imaginé enfrentarme a ellos”, explicó a la prensa antes del duelo.
El conjunto blanco se impuso 2-1 al Atlético Celaya que no desentonó para un equipo que saltaba de sorpresa en sorpresa.
Juan Manuel Álvarez, el técnico de aquel grupo, hablaba de salvar la categoría en aquella primera campaña, pero se libró bien pronto y con un gran torneo de Emilio, Richard Zambrano y Tiba, Celaya terminó en el cuarto sitio de la campaña regular
Y en la Liguilla eliminó a Monterrey en cuartos de final y a Veracruz en las semifinales. En la gran final enfrentó al Necaxa. Un conjunto liderado desde la banca por Manuel Lapuente y que era el vigente campeón.
Para ese momento, México estaba volcado con Butragueño y Celaya. Era el tema futbolístico preferido de todos y ni que decir era el favorito sentimental de la afición. El duelo de ida se jugó en el Estadio Miguel Alemán y finalizó con empate a un gol.
Para el encuentro de vuelta, el Estadio Azteca lució pletórico, pero no por la afición local. Se dice que Celaya estaba vacía y se encontraba toda en las tribunas de Santa Úrsula.
Aquel duelo resultó tenso y complejo. De poco espectáculo y con la necesidad del visitante de anotar para se campeón (el gol en casa ajena que los Rayos le habían anotado en la ida le daba ventaja en el criterio de desempate) y necesitaba al menos un tanto para ganar o continuar vivo.
Ese gol nunca llegó. ‘El Buitre’ tuvo la más clara hacia el final del partido. Un centro de tiro libre que brincó a todos y llegó manso a la cabeza del español. Su remate salió a un costado del arco necaxista.
Para la campaña siguiente, gracias a Butragueño arribó Miguel González, Michel, otra figura del Real Madrid de la ‘Quinta del Buitre’ que ganó cinco títulos seguidos de Liga entre 1986 y 1990.
“Iría donde estuviera Butragueño” dijo a su arribo a Celaya en julio de 1996 y un poco más adelante, Hugo Sánchez hizo lo propio.
Sin embargo y pese a las contrataciones, en esa campaña lo más destacado fue el retiro de las canchas de Michel y Hugo en el club. Un año más tarde, 1998, también Emilio Butragueño hizo lo mismo.
Tras ese espectacular torneo 1995-96 y un par de campañas regulares, el club empezó a ser visitante frecuente de la zona de descenso.
Entonces, la familia Fernández se vio obligada a vender al conjunto en el 2001 y estuvo un año más en la ciudad, En el 2002 cambió de sede y de nombre, y se volvió Colibríes de Morelos.
Desde entonces distintos equipos de diferentes categorías han pasado por Celaya, pero por supuesto nunca con la magia de aquel.
Fue un cuento vertiginoso, sorprendente, casi alucinante, pero para su desgracia con un final sin llanto, pero triste.