La fiesta que se monta en San Nicolás de los Garza cada vez que Pumas va al Estadio Universitario ya se torna aburrida para todo aquel que no sea fanático de los Tigres. Oootra vez los capitalinos salieron con una goleada a cuestas, como si ya fuera una manda, como si fuera rutina, como si estuviera predestinado desde antes de que ruede el balón.
Goleada de rutina, dominio abrumador: Tigres acribilló oootra vez a Pumas
Pumas volvió a ser exhibido, como ha sido en el último año y medio, en la casa los Tigres, que los golearon 4-0
Tigres derrotó 4-0 a los Pumas en partido de la Jornada 14. El campeón parece haber despertado y quiere colarse a la Liguilla para defender su corona, mientras que los del Pedregal se desinflan de manera preocupante hacia el cierre del torneo, con apenas un punto de nueve disputados en seis días.
Un pase de Javier Aquino no pudo ser recibido por André-Pierre Gignac, pero el error del francés, junto a la displiscencia de la defensa de Pumas, hizo que el balón llegara a Ismael Sosa, quien con toda calma definió para abrir el marcador al cuarto de hora.
Pumas llegó a nivelar las acciones en la primera parte, por momentos le quitó el balón a Tigres, incluso tuvo una oportunidad clarísima que entre Bryan Rabello y Javier Cortés no pudieron concretar, pues primero Nahuel Guzmán y después Juninho taparon sendos disparos al arco.
Sin embargo, la fiesta en San Nicolás de los Garza se destapó en el complemento. Jürgen Damm entró a la cancha y demostró, como ya lo había hecho, que es el gran némesis de los Pumas.
Pero no fue sólo una vez. El joven aprovechó su velocidad ante una lentísima defensa puma, como si fuera manda, como una fórmula que de tanto repetirse ya es igual de predecible como efectiva.
Goleada en la Final del Apertura 2015. Goleada en la Liguilla del Apertura 2016. Goleada en la Final de la Concacaf. Goleada esta noche.
Y claro, el francés André-Pierre Gignac no quiso quedarse al margen y con un certero disparo cruzado, puso el cuarto.
Con eso era suficiente. El árbitro dio por terminado el partido justo al cumplirse los 90 minutos, sin compensación. ¿Para qué? Ya no era necesario ensañarse más oootra vez.