Todo hace indicar que Cruz Azul ya no traerá un recambio para Tomás Boy y se jugará los tres partidos restantes del Apertura 2016 con Joaquín Moreno.
¿Hace bien Cruz Azul en ‘tirar’ el torneo sin un recambio para Tomás Boy?
De no calificar, la Máquina sumaría su quinto fracaso consecutivo; los problemas porcentuales se agravan cada vez más.
La Máquina está prácticamente eliminada del torneo lo que llevaría a la institución a perderse su quinta liguilla consecutiva. Y más allá de ese inaceptable hecho para un equipo histórico, está el problema que Cruz Azul vive, y vivirá, en la lucha por el descenso el siguiente torneo dentro de la Liga MX.
Hay vestigios que en La Noria no pretenden traer al recambio de Tomás Boy para antes del día domingo, y que tampoco lo harán después del juego ante Chivas. La confirmación de lo evidente dejará a un entrenador inexperimentado y con solo un partido dirigido en Primera División como lo es Joaquín Moreno en los encuentros ante el Rebaño, Pachuca y León.
La realidad es que Cruz Azul es un club que no tendría que dar por perdido ningún torneo siempre y cuando haya algo por qué luchar. Mucho menos luego de la enorme deuda que se tiene con la afición y la brecha que existe sin un campeonato. La decisión de la directiva por mantener a Tomás Boy fue inaceptable e inentendible, lo que deja al club con pie y medio fuera de liguilla y con pocas opciones para reinventarse.
Además, los nueve puntos que quedan en disputa no son poca cosa cuando el tema porcentual es real y verdaderamente grave. Más allá de la liguilla, el separarse de los clubes que están en el fondo de la tabla de cocientes es una obligación que arranca este fin de semana.
Joaquín Moreno es un hombre que conoce a los jugadores, que conoce a la institución y que quiere los colores; bienintencionado, trabajador y que llega con la mente limpia después de 15 jornadas de oscuridad. Pero, el también llamado “Ingeniero” no tiene ni las cartas ni la experiencia para hacerse cargo de la Máquina.
Cruz Azul no está para experimentar o bajar los brazos pese a la tormenta que ya llegó. Si Joaquín Moreno se queda, tendrá que ser con la máxima obligación posible por ganar, no por dejar que el tiempo pase para que en diciembre, con un mes de trabajo, llegue un nuevo entrenador.
Son tiempos turbios en La Noria, los días más difíciles desde que la institución nació. Nunca se sabe cuándo Cruz Azul tocó fondo, pues siempre existe algo que los reinventa para mal.