Corría el torneo Verano de 1997 y las Águilas del América comenzaban a sumar una angustiosa cantidad de años sin un campeonato.
Ilie Dumitrescu, el último europeo que vistió la camiseta del América
El rumano actuó por un torneo con las Águilas en el Verano 1997; sus resultados fueron paupérrimos.
En el retrovisor quedaba aquel América de Leo Benhakker que enamoró a propios y extraños por su gran fútbol y capacidad ofensiva. Sin embargo, la segunda mitad de década puede ser considerada como una de las más oscuras del club en los últimos años.
Recién instaurados los torneos cortos, América buscó por todos lados conseguir un campeonato que les devolviera la grandeza. Para conseguirlo, y como es costumbre, intentó rodearse de jugadores talentosos provenientes en su mayoría del fútbol sudamericano. Europa era un continente poco visto por las Águilas.
En aquel campeonato, la escuadra que dirigía el argentino Jorge Solari apostó por la contratación mediática del rumano Ilie Dumitrescu quien tres años antes había brillado a lado del histórico George Hagi en la Copa del Mundo de Estados Unidos 1994.
El extremo llegó con cartel de figura. A su lado, con futbolistas históricos como Cuauhtémoc Blanco, Luis García o Kalusha Bwalya, aquel América pintaba para hacer algo extraordinario. Sin embargo, todos los sueños quedaron en eso, ilusiones.
Dumitrescu fue uno de los grandes fiascos de aquellas Águilas. Con únicamente un gol anotado (al Puebla), el rumano pasó de noche con América. Si bien disputó 14 partidos de los 17 que duraba el torneo, 9 de ellos como titular, el rendimiento nunca fue el ideal y acabó saliendo de Coapa en un dos por tres.
Ilie jugó un par de torneos en México con el Atlante. El resultado fue muy similar a lo que pasó en América, así que para 1999 el rumano dejaba el país azteca.
Aquella fue la última vez que América se animó a contratar a un jugador europeo. Hoy, están a un paso de volver a hacerlo, también con un volante ofensivo y también con nacionalidad rumana, aunque no con tanta envergadura como fue el caso de Ilie Dumitrescu.