Una vez más el indefenso arbitraje mexicano está en la mira de la crítica, ese gremio que suele estar siempre entre pugnas internas y externas parece una tierra sin ley, pero también un sitio a donde todos quieren llegar, sobre todo aquellos ex silbantes que en su momento se fueron por la puerta de atrás, y con su prestigió pisoteado.
Indicador futbolero, el arbitraje en México esta indefenso
El foco del arbitraje mexicano está más encendido que nunca, jornada tras jornada dan de qué hablar.

La posición del colegiado dentro y fuera del terreno de juego, no sólo en México, sino en otras latitudes siempre es objeto de férreos cuestionamientos, por sus errores al momento de aplicar el reglamento, o por sus decisiones que no siempre son aplaudidas por futbolistas, técnicos, directivos, afición y la crítica.
En el futbol de nuestro país desde hace un par de décadas hablar del arbitraje se ha convertido en un tema recurrente en todos los espacios deportivos, hasta el más pintado se atreve a cuestionar una u otra determinación de los colegiados, sin olvidar aquellos ex silbantes que en su mayoría se frotan las manos para llegar a dirigir dicha comisión.
Resulta catastrófico escuchar y leer a algunos de esos ex nazarenos que se marcharon dos décadas atrás, señalados de un sinfín de actitudes antiéticas, decir que ellos ahora tienen la fórmula para generar un cambio en todos los sentidos.
Se venden como los salvadores del indefenso arbitraje mexicano, ese que ellos también mancharon con sus nada claras acciones y comportamientos, si esos mismos que desde sus trincheras en la actualidad se ponen en la vitrina para que los volteen a ver los directivos, o hasta proyectos presentaron.
Para su mala fortuna, pero por el bien de este indefenso gremio ya no están los dirigentes a quienes buscaban convencer de ser la solución. Como no han podido llegar, ni llegarán se dedican a cuestionar, y hasta sobajar a los actuales hombres de negro, que, si tienen errores garrafales, pero esos cuestionamientos llevan el objetivo de desestabilizar a dicha comisión.
Pero también es una realidad que ex silbantes o no, nadie en los últimos años que haya pasado por la presidencia de la Comisión de Árbitros, ha logrado tener un gremio alejado de la polémica, de la crítica y mucho menos de los feroces ataques de sus exintegrantes o de las grillas internas que también han sido el detonante de la crisis que atraviesan.