Hacer historia va más allá de ganar títulos y exhibirlos en las vitrinas. Hacer historia también es abrir camino para que quienes vienen detrás lleguen más lejos y pongan más alto el nombre del Club América. Por eso, esta histórica alineación azulcrema también tiene héroes inesperados…
La histórica, pero histórica de verdad, alineación del Club América en su Centenario
Las Águilas llamaron a votar por once leyendas para conformar su 11 histórico. Nosotros tenemos uno distinto para hacerte suspirar recordando.
Portero: Walter Ormeño.
El historiador mexicano Enrique Krauze no tiene dudas: “Mi ídolo absoluto era el peruano Ormeño, portero del América a principios de los sesenta.” Proveniente del Boca Juniors y del Rosario Central de Argentina, este gigante bajo palos no ganó títulos con las Águilas, pero significó el primer intento por cubrir el marco americanista con mitos de la talla de Héctor Miguel Zelada.
Lateral por izquierda: Miguel Layún.
Conseguir dos títulos de liga y meter cuatro goles en un solo partido no fue lo más sorprendente de Layún en el América. No, lo más sorprendente fue haber comenzado con el pie izquierdo (cuando todos le echaban la culpa) y haber tenido los tamaños para revertir su situación anotando con el pie derecho ese penal en una noche lluviosa en el Azteca. A Coapa llegó por la puerta chica y de Coapa salió por la puerta grande.
Defensa central izquierdo: Rafael ‘Récord’ Garza.
¿Se puede hablar de 11 histórico dejando fuera al fundador del club? Imposible. A pesar de la hegemonía de conjuntos como el Asturias o el España en esas primeras décadas del América, la semilla sembrada por 'Récord' llegó a germinar a través del siglo en el árbol más robusto del fútbol mexicano. Por ello, Rafael (con ‘r’ de roble) va de titular.
Defensa central derecho: Alfredo Tena.
“Fusila, Capitán Furia”. Sus seis campeonatos de liga junto a otros muchos títulos lo convierten en el futbolista más ganador y emblema de la historia del Club América. Este esbelto pero fornido marcador de larga melena aquilató en la banda de capitán tanto peso específico, que algunos de sus sucesores simplemente no supieron cómo portarla con coraje y orgullo. Histórico también, por capitanear y dirigir al club en distintas etapas.
Lateral por derecha: Duilio Davino.
La primera parte de la carrera de Duilio en Santa Úrsula coincidió con la sequía de títulos de finales de los años noventa. Pero Davino llevó a la zaga hasta la gloria del Verano del 2002 y, además, fue pieza fundamental en el andar del club en las veces que se alcanzaron las semifinales de la Copa Libertadores. En las buenas y en las malas, Davino siempre estuvo ahí.
Medio de contención: Javier Aguirre.
Una institución como el América no podría presumir su grandeza sin un ídolo que también haya jugado en el odiado rival: el Guadalajara. El ‘Vasco’ fue chiva, sí, pero también le anotó al Rebaño el gol del gane en la final de la casi mitológica temporada 1983-94. Un título que los azulcremas le arrebataron a los rojiblancos gracias a Aguirre.
Volante zurdo: Hugo Norberto Castillo.
Antes de su inolvidable testarazo en tiempos extra contra el Necaxa en 2002, el América acumulaba 13 años sin títulos de liga. Otros clubes grandes del fútbol mexicano con sequías tan prolongadas sencillamente no pueden llamarse grandes. Así, el ‘Misionero’ inscribió su nombre de pila con letras doradas al haber devuelto al América al lugar que le corresponde y del que nunca debe salir.
Volante diestro: Carlos Reinoso.
Fue el pionero de las ‘rabonas’ en México. Conducía tan bien, la llevaba tan bordada al botín derecho, que cuando el perfil de disparo le quedaba para la pierna zurda él mediante una rabona hacía ver fácil lo difícil. Un jugador cerebral que entendió el juego más allá de su formidable carrera como futbolista y alzó un trofeo además como director técnico del América en la misma 83-84.
Enganche o diez: Cuauhtémoc Blanco.
Solamente consiguió un torneo corto, el de 2005. Pero su irreverencia y su genio ilimitado así como su folklore le han transformado en ídolo americanista dentro y fuera de la cancha. Distintas directivas intentaron exiliarlo en el Necaxa o en el Veracruz y el ‘Temo’ siempre volvía por sus fueros. Y mejor que nunca. El festejo del ‘perrito’ demostró que hasta los artistas con el balón pueden permitirse licencias sin él.
Nueve de área: ‘Zaguinho’.
Sus 162 goles con la camiseta azulcrema lo ponen a años y años de ser alcanzado por algún otro delantero (Blanco tiene 125). El hijo del lobo solitario superó con creces a su padre y además honró su legado en el club con un comportamiento intachable y sobrio. Este nueve espigado capaz de remates acrobáticos se ganó el cariño del americanismo y el respeto de aficiones rivales. Un caballero mexicano con acento amazónico.
Nueve móvil: Salvador Cabañas.
Acaso una de las épocas más dulces para el americanismo contemporáneo fue la de aquellos años de paternidad en duelos directos sobre el Cruz Azul. Cuando los celestes creían romper la maldición, un control del guaraní usando su poderoso pecho para acomodársela a cualquiera de sus dos piernas bastaba para estropearles la fiesta. Cabañas es, de lejos, el delantero más completo -técnicamente hablando- en la historia del América: te ganaste tu lugar, 'Chava' adorado.