El caso más cercano al León es el del Atlético Irapuato, que de cara a la Liguilla en la Liga Premier, a inicios de mayo pasado, fue desalojado del Estadio Sergio León Chávez pese a tener el comodato del inmueble hasta diciembre de 2020.
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Otro caso de equipo ‘homeless’ fue el de Pumas, que debió jugar casi un año fuera del Estadio Olímpico de Ciudad Universitaria debido a la huelga estudiantil que estalló en 1999; La Corregidora de Querétaro fue su sede.
Los casos de equipos que se quedaron sin estadio por circunstancias ajenas a lo deportivo no se limitan al futbol mexicano, también sucedió con San Lorenzo, de Argentina; y Shakhtar Donetsk, de Ucrania.
En el caso de San Lorenzo de Almagro, fue obligado a vender el Gasómetro al gobierno militar y después Carrefour compró el predio para convertirlo en un supermercado. El equipo deambuló por varios escenarios, luego de perder la categoría, hasta que en 1994 se inauguró lo que hoy se conoce como El Nuevo Gasómetro.
En 2014, Shakhtar debió abandonar la ciudad de Donetsk y su vanguardista estadio Donbass Arena, debido a que la zona en la que se encontraba fue tomada por separatistas prorusos, incluso fue dañado por diversos bombardeos, y debieron jugar de local en la ciudad de Kiev, casa del Dinamo.
Atlante es de los equipos que más han deambulado por el futbol mexicano, entre el Estadio Azteca, el Estadio Azul o Ciudad de los Deortes, al que han vuelto; y el Estadio Andrés Quintana Roo mientras jugó como local en Cancún y donde obtuvo su último título de Liga BBVA MX.
Finalmente, otros casos de clubes mexicanos que tuvieron sede alterna por remodelación de sus estadios fueron el Puebla, que jugó varios partidos en el Estadio de Lobos BUAP; Toluca tomó como sede el Estadio de la UAEM.
