Hasta antes de la fecha 5, América hiló 6 juegos sin perder entre Liga y Copa, 5 victorias, 4 de ellas por tres goles de diferencia, sólo recibió uno en contra y fue un penal que regaló el árbitro, el funcionamiento no era fantástico, pero sí efectivo. El equipo lucía potente y como serio candidato al título.
Los posibles diagnósticos del deterioro americanista
Colectiva e individualmente el accionar del conjunto capitalino ha decaído, así como sus últimos resultados.
Pero en la última semana, toda esa imponencia se desmoronó. En la fecha 6, el rendimiento del equipo ante Gallos fue muy malo y gracias al poco tino de la delantera queretana, al conjunto ‘azulcrema’ le alcanzó para empatar. La confirmación de que el América de las jornadas anteriores era un espejismo llegó ante León, en aquel juego el equipo de Miguel Herrera se desmoronó y ‘los esmeraldas’ no golearon de milagro.
Ante Pumas, el pundonor de algunos jugadores y el timorato planteamiento final de David Patiño evitó la catástrofe para los 'emplumados', pero el desempeño siguió siendo pésimo. Miguel Herrera hizo 4 cambios en la alineación inicial en relación al compromiso contra los guanajuatenses, su pero su equipo continuó mostrando que va en caída.
Un torneo más sin lograr el título pondría en aprietos la continuidad de Miguel Herrera en Coapa, ya que se le trajo con la única meta de ser campeón y pese a tener la confianza de la directiva, el cronómetro sigue su marcha, por lo que el cuerpo técnico debe estar preocupado por encontrar el diagnóstico correcto y hacer los cambios pertinentes en un plantel que, en nombres, es fuerte en todas las líneas. Estas son tres posibilidades del porqué el deterioro mostrado por el cuadro capitalino.
1.- La dependencia a al buen momento de algunos jugadores. Cecilio Domínguez y Renato Ibarra son los elementos más desequilibrantes en la plantilla, así como también de los más irregulares. Entre lesiones, “malas noches” y las pocas variantes tácticas del equipo, ninguno ha podido asentarse como el hombre que, cuando las cosas no salen, se ‘echan al equipo al hombro’, aunado a que, cuando Mateus Uribe sale inspirado, el América es uno, y cuando no, el equipo se cae. El rendimiento individual de Uribe se refleja con fidelidad en el colectivo.
2.- Se le acabó el discurso a Miguel Herrera. Es posible, pues el plantel es fuerte, máxime comparado con el de los dos torneos anteriores desde su regreso, no obstante, no había hilado tres o cuatro juegos con un desempeño como el de los últimos partidos. Algunas bajas de juego, sobre todo en los defensores centrales, en los 4 volantes de banda y en el motor, Mateus Uribe, puede deberse a que se ha perdido la confianza en el líder.
3.- Variantes limitadas desde la pizarra. A pesar de contar con opciones en la banca, Herrera muestra pocas variaciones en funciones y en el parado del equipo, y cuando ha intentado cambios, como jugar con línea de 3 ante Pumas, el accionar no ha mejorado. Marcelo Michel Leaño en la primera Jornada, Rafa Puente en la quinta, Gerardo Espinoza en los 25 minutos iniciales de la segunda y Diego Alonso en el comienzo de la cuarta, le ganaron en el ajedrez táctico al ‘Piojo’. En algunas ocasiones supo corregir, en otras no.
El América cuenta con el plantel necesario para salir del bache en el que se encuentra, pues quizá aún es pronto para hablar de una crisis, y en las manos de Miguel Herrera se encuentran las herramientas para hacerlo. En caso contrario, quizá, el movimiento necesario tenga que venir desde la directiva, tomando decisiones en relación al actual cuerpo técnico.