Como si se tratara de un Déjà vu o una maldición, la afición de Monterrey volvió a derramar lágrimas por montones en su nuevo estadio, en común estaba el árbitro Fernando Guerrero, quien pitó en el Clausura 2016 en la final contra Pachuca y ahora en el Apertura 2017 en el duelo ante Tigres; en las dos ocasiones el silbante les concedió la pena máxima.
¿Maldita coincidencia? Con el mismo árbitro, Cardona y Hurtado condenaron a Monterrey
El silbante Fernando Guerrero les pitó dos veces la final de vuelta en su nuevo estadio, les dio un penalti y la pelota se negó a entrar.
En el duelo ante los Tuzos el villano fue Edwin Cardona, ‘El gordo’ se encargó de cobrar la pena máxima y la mandó a volar por encima del arco de Óscar ‘Conejo’ Pérez que festejaba el error del colombiano, a la postre los hidalguenses serían campeones. Un año después la historia se repetiría, mismo árbitro, una final, el mismo estadio y nuevamente un colombiano para cobrar el penal, ahora el ‘salado’ fue Avilés Hurtado, se perfiló y nuevamente con una pierna derecha que ejecutaba como si fuera la izquierda mandó el balón al aire, ahora el guardameta fue Nahuel Guzmán.
Para muchos se trata de falta de concentración, otros consideran que el árbitro trae mala suerte a Rayados, algunos más consideran que el estadio está maldito; lo cierto es que el dolor de Monterrey es hoy muy grande, pocas cosas duelen tanto en el fútbol como ver que tu ‘odiado’ rival te gane en tu propio campo un campeonato.