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    Opinión: La insoportable orfandad del fan

    Sin actividad en la Liga MX, los aficionados estuvieron más al pendiente de la crisis arbitral que de eventos relevantes de otros deportes


    Por:
    TUDN

    La afición mexicana experimentó un sentimiento de orfandad.

    Imagen Mexsport
    La afición mexicana experimentó un sentimiento de orfandad.

    Por Ricardo Otero | @otero_rj

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    Pasaron 38 años para que la afición al fútbol mexicano se quedara sin una semana de su espectáculo favorito, al menos que fuera programada. Lo que el paro de árbitros de la Liga MX nos dejó fue a un sector de la población de México y Estados Unidos experimentando un sentimiento de orfandad que desconocía.

    Lo que también desnudó, y que puede ser un aprendizaje para todos, es que hay muchísimos actores alrededor del balón. Y sobre todo: que el aficionado es, en realidad, el menos afectado.

    Para los futbolistas, no se les reduce el sueldo por no jugar y, en dado caso, los partidos se reprogramarán; los clubes seguramente podrán reponer los ingresos que dejaron de percibir; la televisión quizás pierda un poco de audiencia si la reprogramación no se hace en horarios favorables, aunque eso cada vez existe menos en el fútbol; los árbitros, que ganan por partido en el que participan, volverán a pitar; la prensa en general (al igual que los medios electrónicos) han aprovechado la novela para atraer audiencia y en realidad, las pérdidas se notan poco, por lo menos lo que hemos visto en este honorable portal informativo.

    A quienes les afecta más es a los microempresarios: al vendedor de comida y bebida en el estadio, al que ofrece banderas y demás souvenirs, porque si bien el partido se repondrá, muchos de ellos viven al día y no se pueden dar el lujo de dejar de ingresar un fin de semana.

    ¿Qué hace el aficionado sin fútbol? Por falta de opciones, nadie se puede quejar: salir a pasear con la familia, ver películas o series de televisión (con los servicios on-demand ya no nos tenemos que atar a horarios), leer, ir al cine... O ver otros deportes.

    La paradoja es que el menos afectado es quien sostiene la industria del fútbol.

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    Este fin de semana hubo Clásico Mundial de béisbol, torneo de tenis en Indian Wells (el más importante del año después de los Grand Slams y la Final de los Masters), fecha del Campeonato Mundial de Rallies en León, está de lleno la temporada de la NBA, el Valspar Championship de la PGA, se están definiendo los participantes del March Madness de la NCAA... Y puedo seguir la lista. Opciones hubo, lo cual tampoco es nuevo, siempre las hay.

    Pero en nuestro sitio web, los contenidos más vistos fueron los relacionados a la crisis arbitral de la Liga MX, incluso por encima de las ligas de balompié de otros países. Podemos verlo como que el aficionado realmente está preocupado por su fútbol, o bien, que es adicto a él. Las dos visiones no se contraponen.

    Hay fanáticos al fútbol que ni por asomo ven otro deporte, que prefieren estar al pendiente de los vericuetos de temas de escritorio entre directivos y árbitros que de ver a leyendas en activo como Roger Federer, Rafael Nadal, Novak Djokovic, Andy Murray, LeBron James, Stephen Curry, Rory McIlroy y Miguel Cabrera. Probablemente haya aficionados que consuman más de 20 horas de fútbol a la semana y no sepa quién es ninguno de los antes mencionados. Y no, de ninguna manera es malo, son gustos.

    De bote pronto, no podemos decir que los demás deportes aprovecharon esta crisis del fútbol mexicano. Porque no tienen por qué hacerlo: cada disciplina, cada liga, cada torneo e incluso cada figura del deporte tiene su nicho de mercado. Y un fin de semana no basta para cambiarlo de manera sustancial.

    Claro que he caído en generalizaciones. Habrá quién, a falta del América vs. Necaxa, sintonizó el México vs. Puerto Rico del Clásico Mundial el sábado por la noche, pero no podemos hablar de que se dio un giro completo en el negocio. Los dueños del balón no tienen de qué preocuparse ni los medios tendrán que reorganizar sus estrategias de inmediato.

    En cuanto los árbitros lo decidan, todo volverá a la normalidad.

    En alianza con
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