El Cepillo reconoció que no haber ido al Viejo Continetente no lo considera como una “espina clavada", pues no tuvo que emigrar para mostrar su gran nivel durante varios años con Santos y América en la Liga MX.
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“Sí, sí me habría gustado pero no es una espinita que me haya quedado, porque como el señor (refiriéndose a Oswaldo), que lo tuve mucho tiempo de referente y lo sigo teniendo, no fue necesario ir a Europa para mostrarnos y para poder llegar a representar a México en uno o varios Mundiales”, comentó el ahora exdelantero que este miércoles cumplió 38 años.
Oribe reconoció que no le gustó despedirse de las canchas como lo hizo, teniendo muy poca actividad con Chivas, aunque está consciente de que la vida lo bendijo por haber cumplido su sueño de ser jugador profesional, y aseguró que desde temprana edad se mentalizó para cuando este momento llegara.
“La verdad es que creo y siempre he pensado que la vida no es justa. Tú puedes entregarle toda la vida y no conseguir nada. A mí me bendijo con muchísimas cosas que al principio no las mencionaba, hoy en día estoy muy consciente de todo lo que se me dio, entonces por esa parte estoy tranquilo.
"Más bien te vas en paz con todo lo que le diste, si tú te vas satisfecho de haber hecho lo que estaba en tus manos, de haber dado todo lo que estaba en ti por conseguir el sueño, por vivirlo, por disfrutarlo, te vas en paz, te vas tranquilo y al final de cuentas es una decisión que nadie más la podría tomar si no vivió las experiencias que yo viví”, aseguró.
EL MOMENTO MÁS DÍFICIL DE LA CARRERA DE ORIBE PERALTA
Oribe Peralta recordó el momento más complicado en su carrera y todo se remonta a antes de debutar, especificamente a sus 17 años.
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“Fue antes de conocer a Mónica (su esposa), cuando recién empezaba y estaba en selección Sub-17, éramos dos que estábamos en la selección de Cesifut, los únicos que no teníamos club profesional y estábamos a punto de ir al Premundial, a las Eliminatorias y me fracturé.
"Tuve una fractura de tibia y peroné justo antes de cumplir 17 y todo ese año me la pasé lesionado y justo cuando estaba por volver… fue un dolor, porque no estaba al 100 por ciento, porque cuando volví a entrenar y a patear una pelota no me sentía completo y fue ahí donde estuve a nada de decir no puedo”, contó.
A pesar de la gravedad de su lesión, Oribe nunca se rindió gracias al apoyo y motivación de sus padres. “Le dije a mi papá ‘no puedo, me duele la pierna muchísimo, creo que es momento de abandonar’ y ahí salió mi mamá y me dijo ‘tienes hasta las 19, tú dijiste que hasta las 19 y si a las 19 no has debutado en primera división te regresas, te pones a estudiar y vemos cómo le hacemos’”, añadió.
Un mes después se probó con Chivas y se quedó, sin embargo, el equipo fue vendido y volvió al Cesifut (Centro de Alto Rendimiento dedicado a la producción y representación de jugadores), donde permaneció hasta que fue fichado por Monarcas para marcar el unicio de una carrera exitosa.
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