Los partidos a ida y vuelta de la final del Clausura 2017 entre el Guadalajara y los Tigres no fueron decididos tácticamente (pues ambas escuadras usaron el mismo sistema 4-4-2), sino con base en quiénes 'pusieron más huevo'.
‘Poniendo huevo y partiéndosela’: así ganó Chivas la Liga MX
Matías Almeyda convenció a sus jugadores de matarse sobre el campo y a pesar de no ser favoritos acabaron alzando el título.
Esa expresión suele usarse en el balompié argentino, donde surgió Matías Almeyda, y no hay mejor ejemplo para ilustrarla que lo hecho por Alan Pulido: no solamente metió el primer gol en el Estadio de las Chivas. Además recuperó balones, defendió en su área y 'se partió la m*' (como se dice en México).
‘Poner huevo y partírsela’ deben entenderse en el buen sentido: peleando honesta y virilmente. Más que buscar jugar al límite del reglamento para desesperar al adversario. Las declaraciones de Rodolfo Pizarro tras el 2-2 en el Universitario de Nuevo León fueron categóricas y arrojadas. ‘Se vio que no somos las víctimas, los corderos, que todos dicen; y demostramos que podemos competir al tú por tú’.
Viéndose abajo en el marcador, los dirigidos por Ricardo Ferretti repitieron las escenas de la final de la Copa Libertadores 2015 ante River Plate en Buenos Aires. Gignac reclamándole al árbitro, Jesús Dueñas citándose con algún rival para arreglar las cosas en la calle (aunque Miguel Ponce le propinó 'un zape' al final), y Nahuel Guzmán desconcentrándose.
Quizás Matías Almeyda telefoneó a Marcelo Gallardo, DT de River y compañero suyo en la Albiceleste durante los años noventa, para pedirle consejos.
‘Mirá, che, necesitás que tus chicos pongan huevo para vencer a Tigres. Más nada puedo decirte’.
Y es que River también usó un 4-4-2 (Lucas Alario y Teófilo Gutiérrez adelante) ante el 4-4-2 de Tigres (Gignac, más el brasileño Rafael Sobis). Sean finales de Libertadores o de Liga MX, estos partidos se definen más que sobre el pizarrón, sobre el terreno de juego, donde se libran las batallas y nacen los héroes.
No se busquen más explicaciones. La escuadra de Almeyda es justa ganadora del Clausura 2017 porque con fe y fútbol jamás descreyeron de sí mismos, ni de sus propias virtudes para alcanzar la gloria. Si les preguntan cómo fue que el Guadalajara quedó campeón, respóndanles que fue 'poniendo huevo y partiéndosela, nada más'.