Dicen que delantero sin gol no es delantero. Aunque en ocasiones, lo que se hace sin la pelota es tan valioso como lo que se hace con ella.
Oribe Peralta, mejor sin pelota que con ella ante América
El Cepillo cumplió en el Clásico de Clásicos aunque sigue negado con la pelota en los pies.
Pese a que sigue peleado con el gol y que hoy, nuevamente, estuvo muy lejos de marcar, Oribe Peralta, el cuerpo técnico y su afición, pueden irse a casa más que satisfechos.
Ojo, hoy Oribe Peralta es el cuarto delantero de las Chivas. Los titulares son José Juan Macías y Alexis Vega, y después Ángel Zaldívar como suplente. Aún así, por lesiones, hoy el Cepillo apareció como titular dejando en claro que la experiencia no se pierde aún cuando los años se hayan llevado lo mejor del nivel.
Oribe siempre ha sido catalogado como un delantero sumamente completo. Tan espectacular con la pelota como sin ella. Inteligente para buscar espacios y generarlos, para él y para sus compañeros; un atacante que preocupa a las defensas, que habla, guía y acomoda a los suyos.
Los mejores años de Peralta pasaron. Y lamentablemente para su causa, este declive se empezó a ver cuando aterrizó en Chivas. No es juzgar de más, simplemente los números sin fríos y no mienten.
Por ello, al verlo hoy como titular en Chivas, las dudas crecieron. Al final, Oribe Peralta se fue sustituido y sin gol, con un mano a mano que evidenció que ya no es lo rápido de antes y que con la pelota le está costando, pero el trabajo oscuro, la chamba sucia la terminó cumpliendo perfectamente para abrir espacios y que los volantes volvieran completamente loca a la defensa azulcrema; cuando debió, fijó muy bien el 9, y cuando no, se tiró a las bandas para que sus compañeros entraran por el centro.
Su calidad es innegable. Y eso es tan válido como un gol o una asistencia.
No se sabe a ciencia cierta cuándo volverá Macías, Vega o el propio Zaldívar. Lo cierto es que en la banca o en la cancha, Víctor Manuel Vucetich tiene a un viejo lobo de mar, un colmilludo con experiencia para sacarle las papas del fuego.