Lo malo de este torneo es que se juega en verano, en plena pretemporada y con un calor asfixiante. Lo bueno es que se determina el campeón del año. El verdadero, el único entre campeones de Apertura y Clausura. No hay otra oportunidad para reconquistarlo y es a 90 minutos. Esta vez tocó en Los Ángeles, Estados Unidos, en el estadio Stubhub Center, recinto habitual del LA Galaxy (club en el que militan de los hermanos Dos Santos).
Tigres masacró a Santos Laguna y se consagró como Campeón de Campeones del fútbol mexicano
Los regios dominaron el juego desde el inicio del partido ante un incómodo Santos Laguna. Tigres avisó de su magnífico estado de forma para afrontar el campeonato al que se presentarán como Campeón de Campeones.
En la grada había más fe y ganas entre la afición lagunera que en los auriazules de Tigres. Sin embargo, fueron estos últimos quienes llevaron la voz cantante al inicio del juego. Los de Monterrey son el mejor equipo de la Liga MX, pero no siempre lo demuestran. Guido Pizarro tuvo una buena ocasión tras un tiro lejano a los 2 minutos de juego. El capitán manejó los tiempos de juego en la medular a su antojo, haciendo bailar a su equipo de banda a banda. Uno de esos balones, colgados a poco desde el lateral izquierdo, fue arañado por André-Pierre Gignac. El francés, en una forma excepcional, deleitó con un remate a bocajarro que metió en la potería rival, pero la jugada estaba previamente invalidada por fuera de juego. Avisó Tigres.
Santos Laguna ganó el campeonato pasado con armas muy similares a las que se supone va a presentar en esta campaña. Al menos por lo que se vio hoy, vuelven a ser explosivos en las contras y en las recuperaciones de balón. De esa manera llegaron las dos primeras. Una de Julio Furch, un tiro lejano de Osvaldo Martínez y otro de Jonathan Rodríguez que inquietaron abrir el marcador antes de cumplirse los 25 de juego.
Ambos conjuntos entraron en zona ruda antes del 30 de juego. Tigres perdió el control del balón, pero su capacidad ofensiva es mortífera. Gignac reclamó un penalti en el 29 que no era; pero dos minutos después una clarísima mano de Alcoba, tras disparo a bocajarro de Jürgen Damm, sí fue concedido. El francés tuvo que ir a curarse un rasguño al banquillo antes de lanzar la pena máxima. Hecho que le desconcentró porque lo tiró horrible. Flojo, a la derecha, señalando a Orozco con el cuerpo la dirección de tiro y, obvio, atajó el arquero.
En el minuto 39 llegó la réplica de Santos. Otra veloz contra que Jonathan Rodríguez no acertó a culminar. Los reflejos de Nahuel abortaron un ataque perfecto. Y como el partido era de ida y vuelta, Tigres volvió a armar el juego de banda para sacar un córner en el 40. El balón salió de las botas de Lucas Zelarayán como si lo hubiera hecho con las manos y su certero centro lo remató al fondo de la red Pizarro Guido.
Con Santos mirando el túnel de vestuario, la ambición de Tigres encontró de nuevo recompensa. Jürgen Damm, muy activo en todo el juego, volvió a desbordar por la banda derecha. Su centro al área chica encontró un remate en plancha de Javier Aquino para sellar un golazo tremendo. 2 a 0 (y penalti fallado) era una renta más grande para Tigres de lo que se vio en el terreno de juego, pero al fin y al cabo fue el equipo más decidido y determinante en los primeros 45 minutos.
Había dos opciones: o Santos marcaba rápido y se metía en el partido, o Tigres hacía el tercero y esto acabaría en goleada felina. Para incidir más en el dolor de los laguneros, los regios dieron un poste y un travesaño en menos de 10 minutos. Jonathan Orozco encontró mejor aliado en la madera de su arco que en su propia defensa. La velocidad de Tigres por la banda derecha de Damm era una constante. En otra de las innumerables entradas del extremo cayó el tercero. Internada del diestro cuyo perfecto pase de la muerte encontró de aliado a Lucas Zelarayán quien anotó a placer.
Dicho y hecho, vino el tercero y después el cuarto. Esta vez Gignac para resarcirse de su error en el penalti. El francés aprovechó un balón perdido en el área para rematar a la pierna cambiada de Orozco. Gran gol de instinto asesino al que el arquero sólo pudo responder con la mirada del balón metiéndose suavemente en la red.
'Tuca' Ferretti y Robert Siboldi se habían enfrentado previamente en la Gala del Balón de Oro de la Liga MX por el premio de mejor entrenador. Siboldi se llevó la estuatilla y esta noche Ferretti se la devolvió con un entramado técnico y físico de libro. Sus Tigres son una máquina perfecta engrasada desde el arranque del torneo. Justo campeón, no sólo por hoy, si no por todas sus finales y títulos de los últimos años. Sin lugar a dudas, son el favorito de este año.