Israel Jiménez, exfutbolista de Tigres, confesó un episodio turbio en su carrera en donde incluso estuvo a punto de llegar a los golpes con Ricardo 'Tuca' Ferretti, quien entonces dirigía a la escuadra de la UANL.
'Tuca' Ferretti casi es golpeado por un ex de Tigres
Israel Jiménez confiesa un episodio oscuro que tuvo con quien entonces dirigía a la escuadra de la UANL.
En el marco del Clásico Regio entre Monterrey y Tigres de la Jornada 12 y en declaraciones al podcast de Fer Guajardo, Jiménez relató cuando en un partido celebrado en el Estadio Azteca ante América y, tras un mal encuentro, el 'Tuca' lo confrontó.
"Llegó Tuca y me empieza a regañar 'Puta mierda, estás jugando de la chingada' y yo me saqué de onda porque nadie le estaba diciendo nada a él. Yo todavía no reaccionaba y nada más estaba 'achis, quién está enojado contigo', pero él siguió, nada más se le veía el bigote que se le movía y estaba grite y grite hasta que dije 'ya estuvo'", empezó a relatar Jiménez.
"Me paré y le dije 'bueno,¿qué quieres puñetas?' Lo iba a golpear, pero me agarraron entre Juninho y Acosta y me hice de palabras con él. El 'Tuca' se hizo para atrás y se quedó callado... estaban Lobos, Salcido, Danilinho, Juninho. Me tranquilicé poquito, empezó a dar la plática y al último me dice 'Y tú Israel si tienes algún problema el lunes lo resolvemos" y ya me paré y le dije 'pues de una vez' y me le fui encima, pero otra vez me agarraron luego luego hasta que después ya mas frío me bañé, no regresé a la cancha y me fui para el autobús. Le marqué a mi papá y le conté y me regañó", siguió Israel Jiménez.
A final de cuentas, el entonces zaguero le ofreció disculpas al timonel, quien se 'esperó' para escuchar lo que tenía qué decir, y ya una vez que regresaron a Monterrey después del compromiso en el Estadio Azteca.
"Se termina el juego y nos vamos para Monterrey y al siguiente día entrenamos. Fui a hablar con él a su oficina pero no me aceptó y no me habló, hasta el otro día Lobos fue el que me dice que vaya a hablar con él, voy y ahora sí me recibió en su oficina, pero nada más me escuchaba, no me dirigía la palabra ni me volteaba a ver. Le dije 'discúlpame, sé que la regué y seguiré trabajando para volver a ser el mismo', no sabía ni qué decirle porque no me contestaba, ni me veía y él estaba jugando en el iPad, le ofrecí disculpas y me salí de la oficina".