Ya no hay palabras para describir al Cruz Azul. Cuando todo parecía listo para un empate a unos, Puebla lanzó un contragolpe de la nada e hizo válido el popular dicho de la ‘cruzazuleada’.
Ya no da risa: Cruz Azul perdió de último minuto 2-1 con Puebla
Los de Jémez iniciaron bien en Puebla, pero comenzaron a desinflarse: 'Cata' anotó un gran autogol y ‘Chuy’ Corona contribuyó a la debacle.
Jémez olvidó su romanticismo y formó con tres medios de contención (Peñalba, Silva y Baca) para blindar al equipo. Cardozo, como siempre con sangre fría, mandó a la tribuna a Christian Campestrini como castigo a sus repetitivos errores.
Rafa Baca era el contención con más libertad y se aprovechó de esta condición para llegar por sorpresa al área de Fabián Villaseñor y mandar al fondo de la red una asistencia de Ángel Mena. El volante ecuatoriano es indiscutiblemente el mejor jugador a disposición de Jémez. Pero se necesita más.
Entonces Puebla entendió que para amenazar a Jesús Corona habían de pasar la media cancha celeste. El argentino Federico González se hizo de un balón equivocado por Leandro Velázquez e inexplicablemente echó su remate bastante desviado al minuto 29.
Los de la Angelópolis descubrieron la debilidad azul por los costados: Jerónimo Amione y Carlos Emilio Orrantia hacían sufrir a Omar Mendoza y a Julio César Domínguez, quien terminaría convirtiéndose en uno de los villanos de la noche.
Llegó el segundo tiempo y a los 11 minutos el ‘Cata’ se mandó un gran autogol. Amione lanzó una pelota diagonal que Domínguez intentó cachetear con parte interna hacia el tiro de esquina y acabó haciendo autogol para forzar a Jémez a llevarse las manos a la cabeza.
El Puebla se cansó y Jémez tiró del ‘Chaco’ Giménez para inyectar ánimo al ataque azul. Sin embargo, Giménez entró para desperdiciar cobros de tiro de esquina y mandar tiros de larga distancia por encima del travesaño.
Puebla estaba cansado, pero Cardozo ingresó al desconocido argentino Cristian Esparza. Al 92 se armó un contragolpe y un disparo de Esparza le dobló las manos a José de Jesús Corona. Dos a uno, debacle e inicio de otra semana de pesadilla en La Noria.