Se está revelando todo el entramado que tejió Keramuudin Karim, presidente de la Federación de Fútbol de Afganistán, para presuntamente abusar de forma sexual de las seleccionadas nacionales de su país, motivo por el que fue suspendido por la FIFA y las autoridades afganas ya le han prohibido la salida de sus fronteras. Los testimonios de las jugadoras se agolpan y son desgarradores ante el abuso de poder que ejercía el federativo.
Los desgarradores relatos de las seleccionadas de Afganistán, víctimas de abuso sexual
El diario The Guardian logró el testimonio bajo anonimato de tres jugadoras que sufrieron el acoso y las intimidaciones del presidente de la federación afgana.
Ya hay varios relatos que fueron hechos de forma anónima para el diario The Guardian de Inglaterra, donde las seleccionadas exponen acosos, amenazas para ellas y sus familias, intimidación, cuartos secretos, todo con total impunidad.
En una primera entrevista una jugadora expone que le pidió dinero al dirigente para transportarse, entonces él se acercó y le dijo: “Quiero ver tu cuerpo”, ella lo rechazó, pero el presidente se tornó más amable y dijo que la ayudaría. Le pidió que lo siguiera a su oficina, la cual tenía acceso a dos cuartos más, el último estaba muy oscuro y contaba con una puerta secreta que daba a una habitación, como si fuera la de un hotel.
“Me dijo que entrara, él estaba detrás de mí y cerró la puerta. Estaba preocupada, temblando. Dije que quería irme a casa y él me dijo: ‘Grita tanto como quieras, no habrá nadie que te escuche, no pueden oírte’. Comenzó a empujarme hacia la cama, me estaba diciendo que hoy sabría si yo era lesbiana o no, porque estaba mucho con las chicas y me parecía un poco a un niño”.
“Me levanté e intenté pelear pero me dio un puñetazo en la cara. Me caí sobre la cama, intenté levantarme e ir a la puerta, pero usaba su huella digital para abrir. Me dio un puñetazo en la cara y en la boca, la sangre venía de mi nariz y labios. Empezó a pegarme, caí sobre la cama y todo se oscureció. Cuando me desperté, toda mi ropa se había ido y había sangre por todas partes. La cama estaba cubierta de sangre, la sangre salía de mi boca, nariz y vagina. Fui al baño. Me lavé la cara y me puse la ropa”.
“Regresé y dije: ‘Iré así y le contaré a los medios lo que me pasó’. Tomó su pistola, la puso sobre mi cabeza y dijo: '¿Ves lo que te he hecho? Puedo dispararte en la cabeza y en todas partes estará tu cerebro. Y puedo hacer lo mismo con tu familia. Si quieres que tu familia esté viva, debes guardar silencio”.
El federativo le aventó el dinero, le abrió la puerta y ella se fue. La jugadora se inventó una lesión deportiva para no entrenar los siguientes días, pero ya había quedado fuera del equipo, puesto que se esparció el rumor de que era lesbiana, que había sido atrapada con otra chica y que por eso la echaron.
“Sé que mi familia está en peligro y lo estarán cuando salga más. Pero quiero parar esto por el futuro de las chicas. Quiero que las niñas tengan un ambiente seguro. El comportamiento de Karim se hizo aceptable en torno al fútbol femenino, tiene un gran poder dentro del sistema y dentro del gobierno, las chicas tienen miedo, no pueden levantar la voz porque podrían ser asesinadas”, aseguró sobre el federativo, quien fue gobernador de la provincia de Panjshir y jefe de personal en el ministerio de defensa, previo a su cargo en la federación de fútbol que asumió en 2004.
Una segunda jugadora contó que un día le pidieron ir a la oficina del federativo, donde él empezó a coquetearle, tocar su cuerpo e intentó besarla, ella empezó a llorar, entró en pánico y comenzó a gritar, por lo que pudo escapar de su alcance. Durante un mes no fue a entrenar, pero el directivo le telefoneaba todos los días para presionarla a regresar, ya que estaba destruyendo su imagen.
Ella volvió, pero enfrente de sus compañeras la amenazaba “diciendo que me cortaría la lengua para silenciarme”. Un día llegó temprano al entrenamiento y él le pidió que lo siguiera: “Después de las cuatro puertas estaba en un dormitorio. Era como un hotel de cinco estrellas con un espejo, muebles modernos, una cama, cosas de mujeres, perfumes y cosas en los cajones. Cuando llegué y vi empecé a recordar las historias que había escuchado ... Tenía miedo y comencé a llorar, pensé que era el final de mi vida”.
“El presidente estaba desnudo y en la cama esperándome. Cuando empecé a llorar, se levantó y corrió hacia mí, me abrazó y estaba tratando de quitarme la bufanda y el vestido. Estaba llorando, gritando, luchando. Tuve mucha suerte. Recibió una llamada telefónica. Comencé a gritar, me apartó y trató de silenciarme, pero no dejé de gritar. No tenía elección entonces y abrió la puerta. Cuando abrió la puerta, corrí”, relató.
Una tercera víctima contó su experiencia tras ir a la oficina de Karim para obtener su firma, él intentó besarle el cuello y los labios: “Le estaba diciendo que se comportara y que él tenía la edad de mi abuelo y que cómo podría hacerlo. Me dijo que no sabía por qué me estaba comportando raro con él, que era muy amigable con él afuera. Dije que pensaba que era sólo un amigo. Me dijo que ‘nuestra amistad es tener relaciones sexuales al final’”. Consiguió alejarlo y salió huyendo.
“Lo primero que hizo fue sacarme de la lista del equipo nacional para un campo de entrenamiento en el extranjero. Luego me insultó delante de todos, me acusó de ser lesbiana y me echó de la federación”. El escándalo es tal que incluso el presidente de Afganistán, Ashraf Ghani Ahmadzai, ha pedido una investigación a fondo, ya que no puede “permitir tanta inmoralidad”. Por lo pronto, Karim y cuatro de sus subordinados no pueden salir del país.