El Maribor y el Spartak Moscú, las teóricas cenicientas del Grupo E, firmaron tablas (1-1) en un intenso partido marcado por los incidentes protagonizados por los seguidores más radicales de ambos equipos dentro y fuera del estadio.
Maribor y Shaktar de Moscú reparten puntos
El delantero Bohar lograría el dramático empate en la recta final del partido con un disparo lejano al lance del portero ruso.
Al cuarto de hora el árbitro interrumpió el partido durante un par de minutos debido al uso de bengalas por parte de los hinchas del Spartak, que estaban acompañados por sus inseparables amigos del Estrella Roja de Belgrado.
Por megafonía los aficionados fueron advertidos de que si no dejaban de lanzar bengalas, el partido sería suspendido definitivamente y el Spartak sería castigado con una derrota.
El encuentro estuvo precedido por una batalla campal entre hinchas radicales de ambos equipos en el corazón de la ciudad eslovena, donde volaron los puñetazos, las patadas y bengalas, y tuvo que intervenir la policía antidisturbios.
En el plano futbolístico, el Spartak fue más ambicioso e intentó jugar al ataque desde el pitido inicial, mientras los eslovenos se sintieron más cómodos al contraataque, aunque al final se hicieron merecedores del empate.
Sólo hubo dos goles, los dos en la segunda parte, pero fue un partido realmente intenso, tanto dentro como fuera del terreno de juego.
Mientras el Maribor ya jugó la "Champions" hace tres temporadas, el equipo más laureado del fútbol ruso volvía a la máxima competición continental tras un paréntesis de cinco años.
Los dos equipos salieron a por todas desde el primer minuto, aunque los locales fueron los primeros en poner a prueba al portero, que tuvo que despejar a córner tras un duro disparo desde la izquierda de Ahmedi a los diez minutos.
El Spartak también lo intentó por las bandas, ya que su principal estrella, el holandés Promes, estuvo muy controlado por la defensa eslovena.
Los rusos intentaban tener más posesión del balón, mientras los balcánicos apostaban por transiciones rápidas para sorprender a la defensa visitante.
Eschenko, el menos dotado técnicamente de los rusos, tuvo en sus botas la mejor ocasión del partido tras recibir en el segundo palo un pase de Pasalic, pero al intentar fusilar a Handanovic disparó alto (m.25).
Poco después Promes lo intentó desde fuera del área, pero su disparo pasó lamiendo el poste izquierdo de la portería local, justo cuando el Spartak pareció hacerse con el control del partido.
El cuadro ruso mereció irse al descanso por dominio y ambición, ya que el Maribor apostó abiertamente por el contraataque pasados los primeros veinte minutos, pero lo que el brasileño Tavares estuvo muy desasistido.
Tras la reanudación el fino Samédov tuvo en sus botas el primer gol, tras un buen pase interior de Eschenko, pero en su intento de superar técnicamente al portero en su salida disparó por encima del larguero.
Al cuarto de hora el mismo futbolista ya no falló y tras un rechace del portero local tras un disparo destinado a la base del poste de Fernando, remató magistralmente para marcar por alto el primer gol del partido (m.59).
Los eslovenos no se rindieron y Bohar, el mejor de los suyos en el segundo tiempo, remató al poste un centro medido desde la izquierda (m.62).
Con todo, Fernando tuvo la puntilla en sus botas tras una magnífica incursión y una brillante pared con su compatriota Luiz Adriano, exjugador del Milán, pero su disparo salió fuera por muy poco.
El Maribor lo siguió intentando y, a fuerza de empujar, llegó a encerrar en su área a los rusos, aunque a sus delanteros les faltó en muchas ocasiones acierto y templanza para batir a un seguro Rebrov.
Tuvo que ser el incansable Bohar el que marcara el gol del empate, tras recortar a su marcador y disparar al palo largo sin que el portero ruso pudiera evitarlo pese a su gran estirada (m.85).
Dos minutos después Bohar estuvo a punto de hacer la machada, pero su disparo raso desde el vértice derecho del área pequeña salió lamiendo el poste izquierdo.