En realidad no es mucho lo que la Selección de Israel puede demostrar para justificar un sinodal de tanta importancia ante el Tricolor, máxime teniendo en cuenta el mediocre poderío futbolístico que le conocemos al conjunto de Eli Guttman.
Eli Guttman y la oferta futbolística de Israel
En realidad no es mucho lo que la Selección de Israel puede demostrar para justificar un sinodal de tanta importancia ante el Tricolor.
Convengamos que su paso por las eliminatorias europeas en su grupo, no fue lo destacable que se pueda valorar para evaluarlo como una posible potencia del fútbol europeo, donde ahora se encuentra considerado luego de divagar mucho tiempo por otras confederaciones de fútbol a las que solía pertenecer.
Así y todo, por los conocidos conflictos geopolíticos entre Rusia y Ucrania, a punto estuvo Israel de ser parte de este Mundial de Brasil, al amenazar en un momento la FIFA a Rusia de eliminarlo de la competición mundialista por tales sucesos, cosa que ya había sucedido en el Mundial de Estados Unidos en 1994, cuando por causas similares, el ente superior del balompié dejó afuera a Yugoslavia.
Sin embargo, este equipo en el que Guttman reemplaza a Luis Fernández en el año 2011, para darle un rumbo diferente al fútbol israelí, no logra los propósitos planteados por motivos que son entendibles, en una región con poca capacidad competitiva y que hacen que la falta de roce internacional, sumada a la ausencia de buenos futbolistas, no le permita a Israel tener una trascendencia mayor a pesar de la disciplina táctica que su entrenador busca imponer.
Como ‘invitado de honor’ para la despedida del seleccionado de Miguel Herrera en su propia casa, no está mal, pero tampoco creamos que Eli Guttman y sus dirigidos nos darán la verdadera dimensión de lo que deberemos esperar del Tri en Brasil dentro de 3 semanas, a pesar de haber clasificado terceros en su grupo eliminatorio, detrás de Rusia y Portugal.