Llena de altibajos, con resultados históricos (positivos y negativos) y quizás siendo el estratega más criticado que la selección ha tenido en los últimos 20 años, la era Osorio no dio para más y el inicio del final parece haber comenzado con el duro descalabro ante Suecia.
Juan Carlos Osorio y el Tri: una relación que nació y murió fría
El técnico colombiano terminó yéndose por la puerta de atrás y con resultados contrastantes, tanto como la relación que tuvo con la afición.
El 3-0 con el que México concluyó la fase de grupos apagó el momentáneo y tímido idilio que la afición mexicana tuvo con Osorio en la Arena Rostov y de paso también redujo ampliamente las posibilidades del Tri en el Mundial, pues ese resultado decantó en que el Tri enfrentara a Brasil en la siguiente fase.
El resultado todos lo conocemos. México regresó a casa de la misma forma que lo ha hecho desde 1994 y con ello, el argumento más sólido que tenía la renovación de JC Osorio con el Tri, se desvaneció.
Desde ese momento, Osorio dejó su continuidad en manos de sus ‘jefes’ y en ningún momento expresó una clara idea de querer continuar al frente de la selección mexicana, si bien, claro está ante los medios de comunicación si expresó lo que le ilusionaba el futuro del Tri.
Desde entonces salió al debate público un supuesto ofrecimiento que la Femexfut le habría hecho para renovar por cuatro años e incluso darle el control de todas las selecciones nacionales.
Días después Osorio reapareció en Colombia, donde expresó su intención de dirigir a la selección de su país y, sin mucho ánimo, que en los próximos días se definiría su situación con México.
El día llegó, y con él, el punto final a la era Osorio, una relación que nació y murió fría.