Jürgen Damm tiene 25 años de edad y cuando de llegar a un balón se trata puede alcanzar hasta 35.23 km por hora, sin embargo, no es titular indiscutible ni en Tigres ni con la Selección Mexicana.
¿Por qué Jürgen Damm no termina de convertirse en el crack que podría ser?
Pese a que, en 2015, fue nombrado el segundo jugador más rápido del mundo, el mexicano no termina de brillar.
Debutó en el fútbol mexicano a los 19 años con Tecos, el 25 de marzo de 2012 ante Monterrey, pero fue en Tuzos, club al que perteneció de 2013 a 2015, donde mostró su potencial, al grado de ser nombrado el segundo jugador más rápido del mundo, solo por debajo de Gareth Bale.
Dicho antecedente generó interés de diversos clubes de Europa por Damm, específicamente de la Bundesliga, los cuales lo veían como una joven promesa, así como su primer llamado al Tri para disputar en 2015 la Fecha FIFA de marzo ante Ecuador y Paraguay.
Sin embargo, Pachuca decidió obtener los réditos de la inversión que representaba el originario de Veracruz, por lo que decidió venderlo a Tigres por 10 millones de dólares, cifra que nadie más estuvo dispuesto a pagar. Pero luego de su primer año, en el que fue titular, la competencia interna entre los auriazules y las lesiones fueron terminando con su espectacularidad.
Con 4 millones 600 mil dólares como su mayor valor de mercado, el cual se mantuvo desde su llegada a Tigres hasta 2017, Damm no ha logrado convertirse en el crack que se esperaba. Esto debido a que la velocidad no es suficiente, se requiere disciplina.
Si bien el extremo derecho es inalcanzble con el balón entre los pies, también es poco analítico y estratégico, de forma tal que la mayoría de las veces desperdicia los pases más claros al ataque, así como las definiciones ante el arco rival, de forma tal que en toda su carrera apenas registra 19 anotaciones.
El ejemplo más claro se dio ante Chile, cuando tuvo el triunfo entre sus pies a los 72 minutos de juego, pero solo ante la portería tardó en definir, permitió la llegada de los defensas y, ya presionado, mandó el esférico por fuera del primer palo, para robar el triunfo a México. Simple y sencillamente, la historia de siempre.