Tres naciones, tres realidades. México, Estados Unidos y Canadá serán la sede del Mundial del 2026 y los beneficios futbolísticos, seguramente, tendrán distintos alcances para cada uno.
¿Cuál será el beneficio deportivo para México, Estados Unidos y Canadá con el Mundial del 2026?
La FIFA tomó ya una determinación y se realizará la Copa en los tres países en ocho años. La cual, seguramente, tendrá distintas repercusiones futbolísticas en cada uno.
El mundo posará sus ojos sobre tres maneras de entender el fútbol y el deporte, tres pasiones y organizaciones que seguramente redituarán en distintos niveles de provecho para cada caso.
Será una aventura conjunta sin precedentes anteriores, pero con condicionantes. Estados Unidos albergará 60 partidos, mientras Canadá y México 10 cada uno.
Y todos los juegos desde los cuartos de final se celebrarán en suelo estdounidense.
México: dos Mundiales, poco progreso
En el caso del país futbolísticamente más fuerte, pero económicamente más débil, ya existen un par de antecedentes para comparar: México 70 y México 86.
En ambas oportunidades el principal beneficio se dio en infraestructura a todos los niveles. Se levantaron estadios y se mejoraron las vías de comunicación de las ciudades que albergaron ambas citas.
Pero en lo futbolístico tras ambas experiencias aquello fue un desastre. Ninguna hizo demasiada diferencia en lo deportivo.
Tras las dos competencias, vinieron las crisis futbolísticas recientes más severas que se recuerden. A Alemania 74 no se clasificó tras una eliminatoria desastrosa en Haití y a Italia 90 el Tri no asistió por una suspensión de dos años de todas las competencias de FIFA por incluir jugadores mayores en una selección con límite de edad. El caso de los famosos ‘cachirules’.
Prácticamente, hubo un retroceso futbolístico tras el 70 y el 86. Se debió iniciar prácticamente de cero.
Para el 2026, serían únicamente 10 partidos en tres sedes: Guadalajara, Monterrey y Ciudad de México. Con una infraestructura ya hecha y con detalles por mejorar en los estadios y la infraestructura de los ciudades.
En lo futbolístico no quedan nada claros los beneficios. Podrían ser nulos o apenas significativos. Después de todo, no se aprovecharon demasiado las dos anteriores oportunidades.
Canadá, un fútbol emergente
El fútbol, por el momento, es un deporte de poco arraigo en Canadá. Sus mejores clubes juegan en las ligas profesionales de Estados Unidos. Y solo ha clasificado al Mundial de México 86.
En abril del 2019 se pondrá en marcha la Canadian Premier League, la cual sería la primera liga totalmente profesional y canadiense de fútbol.
Como ocurrió con el Mundial de Estados Unidos 94, una Copa del Mundo -aunque sean 10 juegos- podría ayudar a consolidar de una buena vez el fútbol profesional en la tierra de la hoja de maple.
Pero también a sentar las bases para una selección nacional más fuerte y finalmente competitiva a todos los niveles.
Estados Unidos por la élite
El Mundial del 94, le dio al fútbol el empujón que necesitaba en tierra estadounidense luego de varios intentos que no fructificaron. Dos años más tarde nació la MLS y desde entonces no ha dejado de crecer. Ahora mismo tiene 23 equipos y se mantiene en expansión.
Recientemente ha contratado figuras del calibre del sueco Zlatan Ibrahimovic, el italiano Sebastián Giovinco, el español David Villa o el mexicano Carlos Vela.
Trabajan con objetivos claros, por ejemplo en 1998 la US Soccer se planteó la meta de alcanzar el título del mundo en el 2010 y aunque aún no lo consiguen, queda constancia de lo que pretenden.
Un nuevo Mundial -con sus 60 partidos y su inversión a todos los niveles- seguramente le consolidaría entre la élite del fútbol.
Serían ocho años de trabajo. Con inversión, promoción y exposición a mediano, y largo plazo.
Ocho años para preparar una invasión a la cima. Para prepararse de manera seria y formal, y con posibilidades reales de atacar a la élite futbolística. De ser campeones del mundo.
Fue el primer Mundial organizado y México lo jugó con una camiseta vinotinto, que sin embargo, no le trajo mucha suerte. Tres derrotas en igual número de partidos, 4-1 contra Francia, 3-0 contra Chile y 6-3 contra Argentina.