“Viéndolo jugar, pensé que Dios existía porque es simplemente vergonzoso lo bueno que es…”. -Gianluigi Buffon.
Andrea Pirlo y la inteligencia del juego: Yo pienso antes de jugar
El Jugador Franquicia del NYCFC es un intelectual del fútbol que no siente presión. Sin él no hay fiesta.
El arquitecto, Mestronome, Mozart, el Profesor: algunos de los sobrenombres que ha recibido el último de los resonantes fichajes del New York City FC.
“Dale tiempo y te destruirá”, dijo alguna vez Paul Scholes quien utilizó la alegoría sobre como Pirlo al igual que los vinos se pone mejor con los años.
Pirlo llega al NYCFC y a la MLS en uno de sus momentos cumbres de su carrera tras haber sido fundamental para la Juventus que se quedó a tan solo un partido de conquistar el triplete, pero el Barcelona se lo impidió ganado la UEFA Champions League.
El italiano ha demostrado que aun en el fútbol moderno, donde el recorrido de campo y la velocidad se han vuelto prioridad, él puede jugar a su propio ritmo y ser un creativo desde el fondo.
Comparado con lo que vino después, el inicio de Pirlo fue humilde en la Serie B con el Brescia de su ciudad natal, hasta que el Inter Milán vio algo especial en él y se lo llevó al Giuseppe Meazza en 19998.
En Inter difícilmente jugaba, pero un préstamo al Reggina ayudó a que madurara. Pero fue en un segundo préstamo que Pirlo se redescubrirá a sí mismo en su regreso a Brescia.
En aquel entonces, Roberto Baggio se encontraba al borde del retiro en el Brescia, y para que el ídolo de Pirlo en la infancia pudiera jugar junto a él, el técnico Carlo Mazzone improvisó mandando a Pirlo a jugar como la base del mediocampo.
Ese magistral cambio le dio un giro radical a la carrera de Andrea Pirlo y también al Brescia, que dejó de pelear el descenso y peleaba arriba en la tabla.
“Cuando jugábamos juntos, todo comenzaba con él. Siempre tuvo un don de poder visualizar y anticipar las jugadas antes que cualquiera”, reflexionó Baggio años después de jugar junto a Pirlo.
Fue entonces que el AC Milán decidió fichar a Pirlo, y fue con el rossonerri que el centrocampista explotó su potencial y se convirtió en una de las estrellas mundiales del fútbol.
Con el Milán ganó la Champions League, Scudettos, Coppa Italia, Súper Copas y el Mundial de Clubes en una década en el club.
En el 2011, otro gigante del calcio fichó a Pirlo: la Juventus. Con la Juve ganó la Serie A las cuatro temporadas en que estuvo en el club, acabando con una sequía de 9 años para los de Turín.
Además, con la selección italiana ha disputado 115 encuentros, récord solo superado por tres jugadores.
Fue campeón del mundo en Alemania 2006, donde fue pilar con los Azzurri, siendo nombrado el jugador del partido en tres ocasiones durante el Mundial incluyendo la final ante Francia.
Los premios individuales tanto a nivel club como selección han sido casi tan numerosos como los grupales para el Arquitecto.
“Andrea es un líder silencioso, habla con sus pies”, alguna vez dijo el técnico Marcelo Lippi.
Pirlo no solo trasciende en el campo, también lo hace ya como una figura voluntaria o involuntariamente en la cultura futbolística. Apareciendo en miles de memes, y siendo un ícono ligado con la inteligencia del juego, así como también reconocido por su barba.
Tiene un libro titulado “Yo pienso antes de jugar”, el cual quizás tenga una de las mejores declaraciones del mismo Pirlo para definirlo.
“No siento presión…pase el mediodía del domingo 9 de julio del 2006 en Berlín durmiendo y jugando PlayStation. En la tarde, fui y gané la Copa del Mundo”.
Como dice el dicho: “No Pirlo, No Party”.