Por: Hugo Chávez Barroso (@HugoCarlosChB)
Benito Floro, tras dos Copas Oro ¿sería un fracaso si Canadá no alcanza el hexagonal?
Canadá buscará cosechar frutos con el proceso del español, el cual aún no ha dado sus respectivos réditos.
Había una vez una selección de Norteamérica, que no eran ni Estados Unidos ni México, pero que aún con sus mil y un carencias de toda especie en términos específicamente del mundo del fútbol, daban pelea en serio y hasta una que otra campanada con verdaderos tintes de hazaña.
Esa era la Selección de Canadá.
Ya sea derrotando a Centroamérica, el Caribe y Estados Unidos para llevarse el único boleto de la zona al Mundial de México ’86, peleando ese único boleto dramáticamente a México para USA ’94, o siendo la única selección que no sea mexicana o estadounidense que haya levantado la Copa Oro (edición 2000), Canadá mostraba que tenía fútbol por lo menos para competir en CONCACAF en ese periodo de 15 años.
Pero justo cuando los recursos económicos, de infraestructura, de ligas y clubes serios en Canadá (incluyendo la MLS), programas de desarrollo y fuerzas básicas juveniles, jugadores de calidad y exportación y cierto nombre aparecieron en escena, y hasta despertó un interés duradero entre medios y ,canadienses – el fútbol los abandonó.
La última vez que Canadá se metió al Hexagonal final en busca del boleto mundialista, fue en el siglo pasado, rumbo a Francia ’98, precisamente la primera vez que se disputó ese formato de clasificación en la CONCACAF y con tres boletos directos a la máxima justa del fútbol.
Desde entonces no han vuelto a dicha instancia, no le ha alcanzado para estar entre los mejores seis de la zona, quedando siempre eliminada en la ronda cuadrangular en los procesos rumbo a los últimos 4 Mundiales.
La llegada del director técnico español Benito Floro en 2013 parecía ser un cambio importante en el banquillo, uno que buscaba darle una identidad al fútbol canadiense, dándole a Floro el tiempo necesario para trabajar prácticamente un año ‘extra’ antes del inicio del ciclo mundialista a Rusia 2018.
Aun cuando Floro no era un conocedor del fútbol Norteamericano, en referencia directa a la selección canadiense, la MLS y las ligas menores en Canadá, el tiempo de trabajo apuntaba a que tendría de sobra para diagnosticar, corregir y formar un grupo fuerte.
Floro fue anunciado por la federación canadiense en el verano del 2013 a unos días del inicio de la Copa Oro de ese año. Aunque, él no dirigió directamente, ya que no se hizo cargo oficialmente hasta el término de la Copa, tuvo la posibilidad de ver de cerca como la selección sufrió para sacar puntos y sobretodo generar jugadas de gol, ya que terminaron sin un solo gol en el torneo y como últimos de grupo.
Dos años después, vino la primera prueba en competencia oficial para el técnico español, en forma de la primera ronda eliminatoria en serie de ida y vuelta ante Bahamas. Como se esperaba, Canadá no tuvo problemas para avanzar con un global de 6-0.
Pero su verdadero progreso debía mostrarse ante las selecciones que enfrentara en el la ronda cuadrangular de la eliminatoria – la Copa Oro 2015. Y con un par de años de trabajo, lo único que Floro consiguió fue detener el tiempo, es decir, prácticamente igualó lo hecho en 2013. Por segundo torneo consecutivo, la selección canadiense no pudo marcar ni un solo gol y salió último de su grupo – el más flojo de la competencia por cierto y sin la presencia de Estados Unidos y México. Y no olvidemos que en Copa Oro, ocho de 12 selecciones participantes avanzan a cuartos de final, de verdad se tiene que hacer un muy mal papel para quedarse fuera en fase de grupos.
Floro argumenta que no tienen una cantidad de jugadores con calidad suficiente de donde escoger, que la reglas de la MLS no favorecen a los canadienses al no poder jugar como nacionales en lo clubes de Estados Unidos, que son escasos los clubes canadienses de alto rendimiento.
La competencia de Canadá es Centroamérica y el caribe, y es ahí donde los argumentos de Floro pierden fuerza. Cualquier selección, de esa región, no está lejos, está a años luz de la infraestructura de Canadá en todos los sentidos: instalaciones de entrenamiento, estadios, organización, paga, logística, etc. Cualquiera de esos países desearía tener, por lo menos, un equipo de su nación compitiendo en una liga como la MLS. Actualmente Canadá tiene tres en la MLS y dos en la NASL. No por nada los jugadores extranjeros de Centroamérica y el caribe que llegan a la MLS son candidatos naturales a ser seleccionados por sus respectivos países. Canadá nunca había contado con jugadores del talento (Tesho Akindele, Cyle Larin, Julián De Guzmán, Jonathan Osorio, Russell Teibert, Will Johnson, Maxim Tissot) y el nombre con el que cuentan ahora en Norteamérica, además de que estamos hablando de un país multicultural al que, como en su momento en Estados Unidos en los 90’s, podría echar mano de ese talento de internacionales que radican en el país de la hoja de Maple.
Los 15 años más brillantes de Canadá entre 1985-2000, demostraron que era posible competir y conseguir objetivos. Y lo hicieron sin un apoyo real desde la infraestructura, no tenían una liga doméstica o en Estas Unidos importante en la cual apoyarse, los equipos de la MLS canadienses aun no existían (Toronto FC fue el primero y no llegó hasta el 2007).
Entonces, ¿cómo interpretar los argumentos de Benito Floro?
Los pretextos o excusas ya no tienen cabida en Canadá cuando se trata de competir en CONCACAF. Los partidos que vienen ante Belice deberán ser mero trámite. Si un modesto y humilde Belice pone en entre dicho el pase de Canadá al cuadrangular, no sé cómo Floro podría dar la cara ante los fanáticos canadienses. La eliminación es impensada, y de darse, la palabra fracaso le quedaría corto.
La verdadera prueba deberá ser el cuadrangular, donde la única forma de mostrar progreso, es superándolo y volviendo al Hexagonal Final.
Aun no lo sabemos, pero quizás Canadá confió en un técnico que sus mejores años quedaron atrás. Desde un respetable ciclo de dos años con el Villarreal (2002-2004), tan solo dirigió a tres clubes más en periodos cortos en nueve años. Quizás su fórmula ya está obsoleta. Y de no ser así, aun no da ningún indicio esperanzador de que la selección canadiense vaya a lograr algo relevante nuevamente en la zona de Concacaf.