Los rumores crecieron de manera exponencial durante el fin de semana. Finalmente, el lunes, se oficializó la noticia que venia sacudiendo el entorno de San José Earthquakes. La era de Matías Almeyda al frente del club californiano se terminaba.
Never Say Die: ¿Qué dejó el ciclo de Matías Almeyda en los Quakes?
Análisis a fondo de la era del Pelado en el banquillo de San José Earthquakes en su estadía de más de 3 años en la MLS.
El ciclo del ‘Pelado’ ya no daba para más… ¿o sí? Analicemos lo sucedido con los Quakes desde que los dirigió el director técnico de origen argentino, quien durante su estadía, fue visiblemente la cara del club.
2019: DEL SÓTANO A LA (DES)ILUSIÓN
Empecemos por cómo tomo el equipo. Los Earthquakes venían de ser un autentico desastre en la campaña 2018. Últimos de la Conferencia Oeste de entre 12 equipos en aquel entonces, y colero general de entre 23 escuadras. Una ofensiva más o menos respetable que se quedo cerca de los 50 goles, y una defensa de agua que había permitido más de 70 goles (un promedio superior a los dos goles concedidos por duelo).
Parte de nuestra historia.
— San Jose Earthquakes (@SJEarthquakes) April 18, 2022
Gracias Matias por aportar su granito de arena para San Jose. pic.twitter.com/sra9pyWbwZ
Si bien la vara estaba bastante baja, el nivel del desafío era muy elevado considerando la complejidad de llegar a una institución que no se caracteriza por abrir la cartera – es decir, cuenta con herramientas limitadas en cuestión de materia prima – y que en la MLS se requiere de inmiscuirse en la ecuación de reglas financieras y de fichajes para poder armar un plantel.
En sus primeras 6 jornadas en la liga norteamericana, todo parecía destinado al fracaso tras 5 derrotas a cambio de un solo triunfo. Ni el más optimista imaginaria lo que serian las 17 jornadas siguientes.
San José despertó y lo hizo con hambre. Matías hizo jugar al equipo de la Bahía con un fútbol cautivador, con tipos que se negaban a bajar los brazos. De la jornada 7 a la 23 apenas dos descalabros. Después vino una mala racha de tres derrotas al hilo, pero lo compenso con dos triunfos de manera consecutiva.
En ese momento, a finales de agosto, a un mes y una semana de que culminara la temporada regular, los Quakes de Almeyda eran contendientes en la parte alta de la poderosa Conferencia Oeste. Ya superaban los 40 goles, y eran un cuadro bastante sólido. La obtención del boleto a los Playoffs parecía mero trámite mientras se vivía la primera etapa de la Matías-Manía.
Pero septiembre y el Decision Day en octubre, fueron increíblemente malos para ellos. En caída libre perdieron seis al hilo, apenas consiguieron marcar 4 goles (nunca más de uno por partido), y permitieron 12 en contra. Cada jornada que pasaba el pensamiento desde afuera era “en la próxima fecha se levantan”, pero esa fecha nunca llegó.
Aun así, las sensaciones eran favorables, considerando el nivel futbolístico, los resultados positivos durante el verano, la notable mejoría con respecto al 2018, y habiéndose quedado a un puesto de la zona de Playoffs. Y todo ello, sin realmente haber fichado figuras que la rompieran en la liga, ni de haberle dado un giro de 180 grados al plantel.
2020: LAS CÚSPIDES DE LA MATÍAS-MANÍA
Habiendo dicho esto, no cualquier técnico sería capaz de convencer a sus dirigidos que pueden volver a intentarlo en una larga temporada pero que ahora si tendrán éxito en el objetivo de clasificarse para la liguilla. Almeyda si lo hizo, les inyectó el deseó de revancha en 2020.
Ciertamente la 2020 fue una temporada atípica por el tema de pandemia, que acabo dándonos una campaña regular entrecortada y un torneo adicional con formato de Copa del Mundo: el MLS is Back.
Nuevamente Matías se las ingenió para competir con un presupuesto y una nomina que en papel, es inferior a varias de la liga.
EXPRIMIENDO TALENTO
Dicho sea de paso, con muy pocos cambios en la plantilla. Además, sumándole que los estandartes y símbolos del club ya entrados en una veteranía en las que las piernas ya no dan igual – el caso de Chris Wondolowski y Shea Salinas.
El equipo seguía echando mano de un Daniel ‘Indio’ Vega en el arco, Cristian Espinoza y Vako como Jugadores Franquicia (sin llenar la tercera plaza para un futbolista con esa etiqueta), además de que daba la impresión de que sacaba agua de las piedras para que tipos como Danny Hoesen, Carlos Fierro, Andrés Ríos, Florián Jungwirth, entre otros, le aportaran al equipo.
Y para lograr los objetivos con la corta plantilla, Almeyda potencio a algunos chicos canteranos como Cade Cowell y Tommy Thompson. Mientras le daba la confianza a Oswaldo Alanís en la zaga, y a Jackson Yueill en la media cancha.
Almeyda volvió a conseguir que su equipo compitiera en serio, que creyeran en su idea, y que se tradujera en resultados contra todo pronostico con un fútbol agresivo, sin especulaciones, y sin complejos.
En el MLS is Back salieron primeros en su grupo de manera invicta por sobre el poderoso Seattle Sounders, Vancouver Whitecaps y Chicago Fire. En los octavos de final, a matar o morir, San José deleito en uno de los momentos cúspides de la era Almeyda al son de 5-2 ante Real Salt Lake. El equipo californiano entusiasmaba. Pero fue frenado por Minnesota United en los cuartos de final.
Justo la temporada regular se reanudo a finales de agosto y principios de septiembre. Nuevamente fue un nefasto mes para los pupilos del ‘Pelado’. Daba la sensación que ya habían cumplido con lo realizado en el MLS is Back, que estaban desgastados, y que tirarían la liga por la borda. Sin embargo, nuevamente el mundialista con Argentina en su etapa como jugador, se las arreglo para resucitar a los suyos.
El mote de los Quakes es “ Never say die” en alusión a su combativo espíritu de no rendirse nunca. Y quizás nunca tuvieron un DT que lo personificara tanto como Matías, y que además, lo pusiera en la práctica tantas veces.
A diferencia de lo sucedido en 2019, los terremotos se hicieron sentir en octubre con un cierre espectacular que les dio el ansiado boleto a los Playoffs con 6 victorias, 1 empate y solo 3 derrotas.
En la liguilla se midieron con el favorito Sporting Kansas City. En una batalla memorable a partido único en el Infierno Azul, KC se puso 3-2 arriba en el 90+1. Ahí se acaba la historia con cualquier otro equipo. El estratega de los Quakes había confiado en el eterno goleador, y Wondo le respondió con el 3-3 en el 90+7 para forzar los penales.
Desde los doce pasos si se terminó la historia del 2020.
2021: CHOFIS DE CRACK Y EL PRINCIPIO DEL FIN
Para la temporada 2021 ya se veían indicios de una cierta inconformidad de Almeyda en ciertas declaraciones con relación a los refuerzos. El equipo estuvo lleno de altibajos a lo largo de la campaña. Y su posición final en casi todos los renglones rondó la medianía – muy acorde a lo que podría pronosticarse de ellos.
Sin embargo, hubo algunos factores que dieron ilusión. Como lo fue el fichaje a préstamo de Eduardo López. Con el trabajo de Almeyda, consiguió que el mexicano fuera consistente y determinante, a tal grado que la Chofis fue justamente nominado a la Contratación del Año.
2022: LO QUE UNA VEZ PUDO SER, YA NO SERÁ
En 2022, el plantel seguía sin cambiar mucho, el “fichaje” estelar fue obtener una extensión del préstamo de López. El arranque de temporada fue malo con 3 empates y 4 derrotas. Las declaraciones de Almeyda siguieron el tono del año anterior.
Aún con todo esto, uno ya se preguntaba si por enésima vez Matías podría sacar el barco a flote. Entre que ya no lo dejaron, y quizás un deseo de Almeyda de no seguir, el ciclo llego a su fin. Pero merecía algo más este ciclo, una oportunidad que da la impresión de que se había ganado con creces que se le inyectara más al proyecto.
Quisiera agradecer a @SJEarthquakes por este tiempo juntos, gracias a los aficionados, dirigentes, empleados y a John Fisher por su confianza, gracias a todos los jugadores por su entrega y gracias a @MLS por haberme brindado esta maravillosa oportunidad.
— Matías Jesús Almeyda (@peladoalmeyda) April 18, 2022
Quakes tuvo en Almeyda a uno de los técnicos más codiciados por lo menos en Norteamérica, y este empapo de identidad a un San José que se hace difícil creer que habría podido hacer algo similar o mejor con otro en el banquillo.