La elección presidencial celebrada en Estados Unidos hace casi una semana y la futura gestión de Donald Trump al frente de la Casa Blanca a partir de 2017 está brindando material en abundancia para la sátira y el humor político en distintos medios de comunicación.
El comediante inglés John Oliver le dijo 'F@¢$ You' al 2016 en un estadio de la MLS
Con un explosivo final, el presentador de Last Week Tonight, reaccionó a la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos.
El domingo fue la hora de John Oliver, el comediante inglés que presenta Last Week Tonight, un ciclo que se emite a través de la cadena HBO. Oliver dedicó la integridad de la más reciente emisión del programa al tema que acapara la atención del público estadounidense por estos días.
A lo largo de 30 minutos el actor y analista político repasó entrevistas efectuadas al presidente electo Trump en los últimos meses, así como el papel de los medios de comunicación y las redes sociales durante la campaña electoral y las elecciones.
Entre el resultado de los comicios, la crisis humanitaria en Siria, el Brexit, el escándalo protagonizado por el nadador Ryan Lochte en los Juegos Olímpicos y la muerte de varias celebridades (como Prince, David Bowie y Leonard Cohen) John Oliver considera que 2016 está siendo para el olvido. Por eso decidió enviar -literalmente- al demonio al año que está cerca de terminar.
Desde cuestiones triviales a temas verdaderamente relevantes, distintos testimonios de ciudadanos y personalidades públicas dieron sus argumentos para sustentar la idea de que este año no dejará los recuerdos más gratos en la gente. El 'final de fiesta' estuvo a cargo del propio Oliver, quien hizo detonar un gigantesco cartel con la cifra 2016 en nada más y nada menos que el Red Bull Arena, el estadio del equipo de la MLS, New York Red Bulls, en la localidad de Harrison en Nueva Jersey.
"Aceptémoslo, 2016 ha sido un año en el que ha ocurrido una calamidad tras otra", dijo el cómico inglés, quien finalizó con un "F@¢$ you, 2016! F@¢$ you!" antes de poner en marcha una explosión digna de cualquier superproducción de Hollywood.