¿Hasta qué punto son los Red Bulls un equipo dependiente de su enganche Sacha Kljestan?

Los Red Bulls han sido uno de los mejores equipos de la temporada 2016. El conjunto taurino consiguió ubicar a dos de sus figuras -Bradley Wright-Phillips y Sacha Kljestan- dentro del trío de aspirantes a ser elegidos como el Jugador Más Valioso del año. Pero el club del estado de Nueva Jersey (uno de los que 21 años atrás jugó la primera temporada de la liga) busca de manera ansiosa el reconocimiento final. El premio colectivo que todavía no pudo conseguir: la Copa MLS.

Para poder abrazar a ese trofeo New York Red Bulls necesita llegar a la final de la liga, pero el largo camino hacia ese objetivo ha comenzado con tropiezos. La derrota por la mínima diferencia en el partido de ida de una de las Semifinales de la Conferencia Este ante Montréal Impact no ha dejado bien parado al equipo entrenado por Jesse Marsch.

Más que por el marcador final -en teoría asumible y remontable en casa para un equipo como los Red Bulls- por el mal juego que el plantel albirrojo mostró en ese partido de ida. Los goles de BWP no aparecieron, sea por errores mínimos del ganador del Botín de Oro, sea porque el árbitro no concedió algún penal que el equipo estadounidense podría haber aprovechado frente a su rival canadiense. Pero más preocupante todavía fue la desconexión total que existió en el circuito de juego de los Red Bulls.

El ímpetu de Alex Muyl, los destellos de calidad de Mike Grella, la capacidad de desbordar y abrir a las defensas rivales que puede aportar Gonzalo Verón… Nada de eso alcanzó para conseguir al menos un empate en el Stade Saputo en la primera Semifinal. Tampoco estuvo el mayor elemento diferencial del equipo en la temporada regular: las 20 asistencias de Sacha Kljestan.

En la que probablemente sea la mejor temporada de su carrera profesional el exvolante de Chivas USA y el Anderlecht de la primera división belga se convirtió desde su llegada en 2015 a los Red Bulls en una de las piezas fundamentales del equipo del área triestatal. Un papel que se amplió y profundizó este año. Marsch reconvirtió a su antiguo compañero en ‘el Rebaño Sagrado’ estadounidense en enganche. Una demarcación a la que se adaptó a la perfección y que le sirvió para volver a ser tenido en cuenta por la selección estadounidense.

Los Red Bulls están armados para funcionar alrededor de Kljestan y para definir sus jugadas con la presencia de Wright-Phillips. Cuando el ariete inglés no tiene su día las opciones alternativas no están a la altura y, en suma, el equipo se resiente. Lo mismo ocurre en el caso del centrocampista californiano.

El triángulo formado por Dax McCarty, Felipe y Kljestan es una de las sociedades más fuertes de la liga, y el pilar principal sobre el que se basa el funcionamiento de la franquicia de Nueva Jersey. Cuando el vértice ofensivo -el espigado número 16- no aparece o consigue ser controlado por el rival (como ocurrió el pasado domingo, gracias a un muy inteligente planteo del Impact) buena parte de la efectividad de New York Red Bulls se esfuma.

La mejor noticia para los hombres de Jesse Marsch es que el triunfo de Montréal fue ‘corto’. “Sabemos que [el domingo] vamos a jugar en casa”, reflexionó Kljestan en declaraciones publicadas por la web oficial del club. “Sabemos que vamos a sentirnos cómodos, con confianza, y vamos a atacarlos para intentar obtener un gol tempranero”, señaló en referencia al encuentro del próximo domingo 6 de noviembre a las 4 pm ET, en el Red Bull Arena.

“Básicamente estamos en el entretiempo. Ellos ganaron el primer partido pero no ganaron esta serie”, prosiguió el volante creativo. “Sabemos que tenemos todo para jugar frente a nuestros aficionados en el estadio en el que nos sentimos más cómodos, donde esta temporada hemos ganado muchos partidos”.

¿Serán capaces Sacha Kljestan y sus compañeros de volver a dar vida al esquema de juego que los llevó a ser uno de los mejores contendientes de la temporada regular? La incógnita se develará en pocos días.