Transcurrió la Fecha FIFA y en estas tierras tuvimos la posibilidad de ver dos duelos muy llamativos. El EE.UU. vs. Brasil y el México ante Argentina.
Todo de cara al ya muy ansiado duelo que el 10 de Octubre, en Pasadena, jugarán estadounidenses y mexicanos y que otorgará el boleto para la Copa Confederaciones del 2017.
Sí, tremendas enseñanzas de un lado, pero enormes dudas del otro.
BIEN MÉXICO
Hablando de México quiero centrarme en el lado positivo de las cosas. Ante Argentina se hizo un partido muy competente, es cierto que quedó la amargura de un resultado que terminó siendo frustrante para la raza mexicana y es lógico, los tienes de espalda por dos goles a seis minutos del final y no les ganas: es doloroso.
México planteó un partido tremendamente inteligente. Le dio la pelota a los ‘chés’, los consintió y les desdobló con mucha eficacia, enorme velocidad y además, le generó ocasiones importantes. No me queda duda, en el AT&T Stadium el "Tuca" le ganó la partida al "Tata". El problema viene después, sí al final; dolor de muelas, huesos y arterias de la selección de México, pasó ante Países Bajos en Brasil, ante Alemania en Francia, es histórico, es alarmante.
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¿Porqué a México le cuesta ensuciar los partidos? ¿Cómo es que México no rompe la incapacidad de manejar ventajas y cerrar duelos?
En fin, la prueba más dura de cara al juego contra EE.UU. así transcurrió y a pesar de los dos goles que se reciben al final y te limitan la posibilidad de ganarle a Argentina el panorama debe ser alentador o al menos no tan preocupante como el que se le presenta a Jürgen Klinsmann.
EE.UU., ¿BIEN?
No. No hay un aspecto positivo para hablar de la selección de EE.UU. en su juego ante Brasil. Pauso, respiro, recuerdo, trato de pensar y por más que busco, por más que intento, no lo encuentro. No hay argumento que me provoque ser con EE.UU. tan positivo como lo soy con México. De hecho, creo que el equipo de Klinsmann y él mismo, sufren una severa depresión futbolística.
La cabeza de Klinsmann no puede estar tranquila. Desde el Mundial de Brasil los hemos visto caerse, sin freno, preocupantemente. Es cierto que aquellos triunfos ante Países Bajos y Alemania fueron tremendamente valiosos, pero lo de EE.UU. lo veo tan catastrófico, que pienso fueron dos juegos totalmente aislados a la realidad.
Y Jürgen es el culpable máximo de la situación. Es notorio que sus jugadores le perdieron confianza (si es que se la tuvieron algún día). Dudas en el arco, dudas en defensa, confusiones en el medio campo e inseguridad en el ataque, desastroso.
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Pero al final, es futbol y de pronto los momentos y las realidades se opacan por las sorpresas y en ocasiones las incongruencias. Eso sí, EE.UU. debe trabajar mucho de cara al duelo ante México y los aztecas, no confiarse de lo que parece ser una de las peores etapas de las barras y las estrellas en el futbol.
EJEMPLAR
Por primera ocasión en los 20 años de historia de la MLS, un equipo - FC Dallas - utilizó en el campo de juego a cinco futbolistas formados en sus fuerzas básicas.
Ante las adversidades provocadas por la Fecha FIFA (los texanos tuvieron cinco convocatorias), Oscar Pareja confió en cinco chavos de su cantera (Jesse González, Víctor Ulloa, Kellyn Acosta, Coy Craft y Alex Zendejas) y el resultado fue inmejorable, vencieron en el MAPFRE Stadium, como visitante al peligroso Columbus Crew SC por 3-0.
Esto nos lleva a invitar al resto de los entrenadores a confiar en su talento joven, incluido el seleccionador nacional Jürgen Klinsmann, que tiene entre sus manos un grupo de jóvenes jugadores con las condiciones necesarias para empezar a recibir oportunidades.
También el llamado de atención es para los directivos, gerentes deportivos y aquellos que toman decisiones en las franquicias de la MLS, ya que para la actual temporada 2015 han contratado a más de 100 jugadores venidos del extranjero (incluyendo las súper figuras) y ¿cuántos de ellos podríamos asegurar que fueron un gran negocio?
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En la Liga MX, gracias a los negocios entre dirigentes y promotores, llegan al año cerca de 50 jugadores extranjeros, de los cuáles un bajísimo promedio logran mantenerse por dos torneos. Realidad: Dinero tirado a la basura por los equipos y negocios multimillonarios para promotores y dirigentes poco fieles a sus instituciones.
