FOXBOROUGH, Massachusetts – El cupo a la Copa Confederaciones está en juego.
Jürgen Klinsmanna, entrenador de Estados Unidos, aseguró desde el día anterior que el partido ante Brasil lo disputarían enfocados en México. La goleada por 4-1 que le propinó la canarinha, deja a la selección estadounidense con más dudas que certezas de cara al encuentro crucial del 10 de octubre en Los Ángeles.
“Creo que si los jugadores logran entender que se deben ajustar a un ritmo de juego más alto, si realmente están listos, entonces todo estará bien”, aseguró Kinsmann en conferencia de prensa tras la derrota ante Brasil. “Hay mucho que se puede aprender de esta lección, pero a pesar del resultado hay que pasar el trago amargo”.
Un trago que los deja con un sabor ácido y preocupante, aunque como es costumbre en las alocuciones post partido del alemán, la autocrítica fue nula.
“Para los jugadores que estuvieron en la cancha, esto es un aprendizaje y no estoy furioso con nadie”, indicó. “Simplemente no pudimos acercarnos al ritmo con el que ellos jugaron”.
Ese es precisamente el problema más preocupante para el timonel alemán. El ritmo de juego de EE.UU. fue lento y monótono, en gran parte debido a que varios de sus futbolistas jugaron fuera de sus posiciones habituales, e incluso opuestas a su naturaleza como jugador.
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Sin embargo, para el seleccionador estadounidense prima más la competencia externa.
“No están acostumbrados a eso”, aseguró. “A este ritmo se juega en la [UEFA] Champions League, y no se trata únicamente del aspecto técnico, sino de en qué momento tomar la decisión correcta y hacer un pase. [Brasil] siempre están dos pasos más al frente que nosotros”.
¿Y en cuanto a México? Ambas selecciones pasan por momentos turbios. Mientras una carece de identidad futbolística, la otra se mantiene con un entrenador interino que ya tiene fecha de salida.
“Nunca nos creímos los mejores del mundo cuando le ganamos a Alemania y Holanda, ni tampoco somos los peores ahora”, indicó el capitán Michael Bradley tras el partido. “Desde el punto de vista grupal fue una noche bastante frustrante, pero no nos queda más remedio que levantarnos y pensar en cosas más importante como el partido ante México”.
El mediocampista de Toronto FC fue el más activo en el mediocampo, dirigiendo a sus compañeros y entregando balones a ambos costados. Fue sustituido al minuto 79 para darle lugar a Aaron Jóhansson.
“Hay que mantener la cabeza en alto y mirar las cosas de una manera razonable. Tenemos una manera de trabajar que ha sido la base de esta selección durante años”, aifrmó Bradley. “Jürgen escogerá al grupo con el que se sienta más tranquilo, y desde el primer día en que nos concentremos estaremos enfocados para enfrentar a México”.
EE.UU. y México se disputarán el cupo a la Copa Confederaciones el próximo 10 de octubre en el Rose Bowl de Los Ángeles, un partido para el cual tendrán una semana entera previa de preparación.
